La III edición de los Premios a la 'Personalidad Política Sanitaria 2012' de SEDISA-ANDE ha sido para un emocionado Luis M. Carretero, director gerente del Servicio de Salud de la Junta de Castilla-La Mancha, quien en su discurso puso el acento en la importancia de un equipo profesional unido para afrontar con éxito las dificultades en momentos de crisis.
Aunque estaba previsto que el acto estuviera presidido por el consejero del ramo en esa Comunidad, José Ignacio Echániz, el premio fue entregado por su viceconsejero, Jesús Galván.
Esta tercera edición del Premio fue celebrada en el salón de actos de la ONCE que este año tiene doble celebración; por un lado la de cumplir su 75 aniversario y por otro el haber recibido recientemente el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia. Novartis es otro de los patrocinadores del evento.
En la mesa presidencial, además del viceconsejero castellano-manchego, estaban el presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), Joaquín Estévez, y el de la Asociación Nacional de Directivos de la Enfermería (ANDE), Jesús Sanz.
La importancia de los directivos en tiempos de crisis
Joaquín Estévez calibró la importancia del papel de los directivos en tiempos de crisis, puesto que son momentos 'de hacer más con menos'. En tono crítico aludió a que en muchas ocasiones nuestro sistema sanitario está dirigido por políticos que no conocen la Sanidad, en contraposición con el galardonado en esta edición de los premios que organiza su Sociedad.
Jesús Sanz escogió las palabras de una colaboradora del premiado Luis M. Carretero en las que se alababan el buen carácter del gestor, además de su agilidad mental y capacidad de 'hacer fácil lo difícil'. Muy emocionado, el premiado hizo un símil de su papel con el de un entrenador de fútbol de un equipo que lo ha hecho bien y que no hace otra cosa que 'recoger el premio en nombre de todos'.
La unión hace la fuerza
Habló de una situación complicada y nombrando, uno por uno y por su nombre de pila a cada uno de sus colaboradores, Luis M. Carretero mencionó la importancia de la unidad en las situaciones difíciles.
Sorprendente fue que se refiriera a los sindicatos en términos elogiosos,- ya se sabe que las relaciones entre jefes y representante de los trabajadores suelen ser arduas-, y les dió las gracias 'por escuchar e intentar mejorar las propuestas, evitando que cayéramos en errores, pero siempre defendiendo a los suyos'.
Otra de las enseñanzas importantes que adujo haber recibido en 'esos duros momentos' fue para Carretero el ver el valor de la planificación y la estrategia. El cómo se iba a hacer el cambio, como gestionarlo y que fuera aceptable por el conjunto del sistema.
Los sufridos proveedores y su relevante papel
Tampoco olvidó el papel de los sufridos proveedores, que según dijo, tenían que 'seguir dando servicio después de dos años sin pagarles y bajándoles los precios'. Otro aspecto que destacó es el de la profesionalización de la dirección. En este punto aseguró que los profesionales que le acompañaban en su tarea habían sido seleccionados 'por su perfil y no por a quién votan'. Y afeó el triste papel de los gerentes sin formación.
No es oficio para cualquiera
Opuso a todo ello los años que van desde 2003 a 2008; años, apuntó Carretero, 'de bonanza en el que se produjo un crecimiento sin estrategia, sin primar la excelencia y haciendo inversiones inadecuadas', a lo que añadió la crítica de que en algunas regiones se pensó que cualquier persona podía dirigir el sistema sanitario, solo con seguir la política de los que mandaban.
El futuro del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) lo vió menos centralizado y con unos directivos más ilusionados y alejados del funcionariado, tan ajenos de la excelencia. Por último, intentando alzar el pesado galardón, dijo enternecido (según confesión propia): 'el premio es para todos. Vosotros, que sois las estrellas'.
El estar cuando los otros no pueden
También muy alejado de lenguajes solemnes, el viceconsejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Castilla-La Mancha, Jesús Galván, argumentó que era el consejero José Ignacio Echániz quien tendría que haber hecho entrega del Premio, pero que para eso estaban los viceconsejeros, 'para poder estar cuando no pueden los otros'.
Como grandes valores que hay que aplicar a la gestión, que consideró como un oficio en todo momento, mencionó el espíritu de equipo (sin olvidar al individuo); el entusiasmo y 'reconocimiento de nuestras organizaciones'; la credibilidad (cumplimiento de los acuerdos); eso sí, sin olvidar el sentido del humor (para contemplar desde fuera lo que hacemos). Y por último apuntó hacia la valía de la lealtad institucional, mencionando el viejo dicho de 'no morder la mano del que te da de comer'.
Además de la creación de la estructura de abajo arriba, contempló un futuro en el que adquirirá una gran importancia el reinventarse, 'el hacer las cosas de otra manera'. Para resumir la 'locura emprendida' por el equipo hace dos años acudió al simil de 'cambiar las alas del avión mientras se vuela'.