El
colesterol LDL es factor causal de
enfermedad cardiovascular. La reducción de sus niveles se asocia a una disminución de eventos cardiovasculares.
La
dislipemia es de los
factores de riesgo cardiovascular que más cuesta controlar en pacientes en
prevención secundaria, pues un número nada desdeñable de pacientes no alcanzan el objetivo de LDL marcado.
Así, el estudio REALITY, un estudio observacional y retrospectivo, representativo de la población española muestra que la mayor parte de pacientes con enfermedad cardiovascular establecida tienen una terapia de alta o muy alta intensidad (36 y 53 % respectivamente). No obstante, el porcentaje de pacientes que logran alcanzar el objetivo de LDL < 55 mg/dl establecido para
prevención secundaria es muy bajo, alrededor del 3 % y solo el 14,1 % de los pacientes por debajo de 70 mg/dl.
Muy alto riesgo cardiovascular
En
pacientes de muy alto riesgo cardiovascular, como son los pacientes que realizan el programa de rehabilitación cardiaca tras un infarto de miocardio, la situación es similar. A pesar de tener un seguimiento tanto analítico como clínico y estar con un tratamiento de alta intensidad, el porcentaje de pacientes que consiguen el objetivo de LDL < 55 mg/dl se sitúa alrededor del 50 %.
La mayoría de los pacientes están en tratamiento con
estatinas,
ezetimiba o con ambos. Un porcentaje pequeño con otras terapias, como son los inhibidores de PCSK9, omega 3 o ácido bempedoico.
Lograr objetivos
Según los datos del estudio REALITY, aún queda mucho trabajo por realizar para que las herramientas disponibles lograr objetivos.
En la práctica clínica habitual, es poco frecuente encontrar tratamiento combinado desde el inicio del evento cardiovascular, a pesar de que la mayoría de los pacientes comiencen con tratamiento con una
estatina de alta intensidad.
Por eso, es importante implantar nuevos protocolos y romper la
inercia terapéutica, pues cada vez hay más evidencia que un tratamiento de muy alta intensidad de forma precoz ayuda a la
disminución del LDL para evitar futuros eventos cardiovasculares.
En este contexto, el comienzo de
tratamiento combinado desde el inicio del evento favorecerá la disminución de eventos cardiovasculares.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Néstor García González, José Manuel Carvajal Jaén, Víctor Miguel Boix Cebolla, Rafael Cayetano Ruíz Alonso, José Ignacio Morgado García de Polavieja y José Antonio Jiménez Plata, de Sevilla.