Durante las últimas décadas el consumo de dispositivos digitales se ha convertido en parte de la vida cotidiana a nivel mundial, sin embargo, se ha ignorado el daño visual que estos dispositivos pueden causar por un uso prolongado.
Los teléfonos inteligentes son los dispositivos más utilizados en México, se calcula que en promedio una persona gasta 2.7 horas al día en su uso, esto según datos de un estudio de mercado realizado por Milward Brown, que además aumenta 6.5 horas en el uso de la televisión, la computadora o la tableta.
En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 48.5 millones de personas requieren de servicios optométricos, la discapacidad visual es la segunda más numerosa en el país, solamente superada por la motriz.
Los síntomas más comunes para saber de una fatiga visual son el dolor de cabeza, visión borrosa, sensación de resequedad y dolor de nuca y hombros.
Existen múltiples causas que dan origen a la fatiga visual. Habitualmente una persona parpadea en promedio 18 veces por minuto, pero cuando mira una pantalla durante un tiempo significativo, parpadea mucho menos. Esto puede causar resequedad, ardor o comezón, además la postura y la ergonomía del lugar de trabajo son factores que también contribuyen.
Las personas que trabajan demasiadas horas en una oficina frente a una computadora son más susceptibles a experimentar fatiga ocular, especialistas afirman que estas personas pueden presentar cambios en su película lagrimal similar a los cambios que se presentan en personas con ojo seco; así también la edad es un factor a considerar para saber si existe mayor riesgo de padecer fatiga ocular por el uso de dispositivos digitales.
A diferencia de la mayoría de los problemas oculares, son los jóvenes quienes padecen estos síntomas con mayor frecuencia, la gran mayoría, cerca del 70 por ciento de la generación Millenial reporta síntomas de fatiga ocular.
Para mejorar el aprovechamiento del uso de estos dispositivos digitales se recomienda la utilización de la regla 20-20-20, cuya dinámica trata de mirar cada 20 minutos algo que esté a seis metros de distancia durante 20 segundos.
Parpadear con mayor frecuencia puede evitar la resequedad ocular, así como organizar el espacio de trabajo de manera que la postura permita crear una distancia de aproximadamente 40 centímetros desde los ojos y mirando hacia abajo para reducir la recepción de la luz hacia los ojos.
La finalidad es aprovechar de mejor manera el uso de estos productos digitales y disminuir el daño con pequeños hábitos fáciles que pueden representar una gran ventaja para la salud ocular.