La
Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), en base a un millar de encuestas, ha realizado un estudio sobre el cambio en la dieta de los españoles durante el confinamiento. La primera conclusión es que
un 44,3 por ciento declara haber aumentado de peso en el confinamiento. La mayoría de ellos, un 73 por ciento, dicen haber engordado entre 1 y 3 kilos. Respecto a los hábitos de alimentación que han llevado a este aumento de peso destaca el aumento de consumo de alcohol durante el confinamiento. Este se trata de un dato especialmente preocupante dado la relación del consumo de alcohol
con diferentes patologías.
En concreto, incrementó el consumo de alcohol un 45 por ciento en la población general y un 55 por ciento de los obesos.
También aumentó la ingesta de productos de bollería. Este se incrementó un 46,7 por ciento en la población general y un 55,8 por ciento en los obesos.
Otro aspecto muy importante que ha contribuido al incremento de peso ha sido el
descenso de la actividad física. El 56 por ciento asegura que hizo menos ejercicio durante el confinamiento frente al 18 por ciento que dijo que más. Más de la mitad de la población de la muestra indica que pasó más de 5 horas sentado a lo largo del día. El 30 por ciento consumió más de 5 horas de televisión al día.
Aumento del picoteo con el consumo de alcohol
Este consumo de alcohol también se relacionó con
un incremento del picoteo. Un 18 por ciento de la población reconoció que su forma de comer ha sido picotear continuamente. Esta tasa que asciende hasta el 44 por ciento en jóvenes de 18-24 y hasta el 70 por ciento en personas sin ingresos. Más de un 40 por ciento de los encuestados declara haber tenido
más sensación de hambre durante el confinamiento, siendo la ansiedad, seguida del aburrimiento, el principal motivo de este incremento de apetito.
Partiendo de estos datos, desde la Sociedad Española de Obesidad se insiste en la
importancia de cuidar el peso durante y después de la pandemia. Más aún cuando “el verano y las vacaciones son propicios al relajo y a abandonar los tratamientos”. Por ello insisten en que resulta crucial no ganar peso y que las personas con obesidad lo reduzcan. Esto es clave “
para mantener la salud y también para reducir el impacto de la pandemia de la COVID-19”, concluye Susana Monereo, secretaria de la SEEDO.