La edad media de inicio de la ELA se encuentra entre los 60-69 años aunque se pueden dar casos en todos los rangos de edad, también incluso en la infancia o en la adolescencia
20 de junio 2023. 12:51 pm
El 21 de junio es el Día Internacional de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Esta enfermedad neurodegenerativa afecta a las neuronas responsables del control de los músculos voluntarios y, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se diagnostican unos 900 nuevos…
El 21 de junio es el Día Internacional de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Esta enfermedad neurodegenerativa afecta a las neuronas responsables del control de los músculos voluntarios y, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se diagnostican unos 900 nuevos casos de ELA en España. En total, se calcula que unos 4.000- 4.500 españoles conviven actualmente con esta enfermedad.
“La edad media de inicio de la ELA se encuentra entre los 60-69 años, aunque se pueden dar casos en todos los rangos de edad, también incluso -pero con menor incidencia- en la infancia o en la adolescencia”, comenta Francisco Javier Rodríguez de Rivera, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la SEN. Sin embargo, es cierto que, a diferencia de otras enfermedades neurodegenerativas, en más del 50 por ciento de los casos de ELA comienza a debutar en personas que aún se encuentran en edad laboral, plenamente productivas. Esto provoca que el impacto sociosanitario de esta enfermedad sea aún mayor.
Impacto de los casos de ELA
Tras el Alzheimer y el Parkinson, la ELA es la tercera enfermedad neurodegenerativa más común, pero con un coste sociosanitario mayor. Las manifestaciones clínicas de la ELA son muy variables: la enfermedad no se manifiesta de igual forma en todos los pacientes. La enfermedad puede iniciarse en los músculos que controlan el habla, la deglución, la respiración o en los músculos de las extremidades. Con el tiempo, los casos de ELA evolucionarán generando parálisis muscular y produciendo en las personas que la padecen la incapacidad de moverse, respirar y hablar.
Aunque sigue siendo necesario mejorar la investigación, es cierto que en la última década se han producido avances significativos en cuanto al diagnóstico, tratamiento, predicción y seguimiento. “Respecto a hace unos años, ahora se puede diagnosticar antes, así como controlar y tratar mejor. Además, en la actualidad están en marcha varios ensayos clínicos, algunos en fase 3, con diversos fármacos y terapias. Así que confiamos en que en los próximos años consigamos dar pasos aún más importantes tanto en la atención médica como en el tratamiento de la ELA”, concluye Rodríguez de Rivera.