Con el objetivo de conocer el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad asistencial en oncología a finales de marzo y principios de abril, Roche impulsó una encuesta internacional en la que participaron 350 oncólogos y hematólogos de Estados Unidos, Canadá y Europa, entre…
Con el objetivo de conocer el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad asistencial en oncología a finales de marzo y principios de abril, Roche impulsó
una encuesta internacional en la que participaron 350 oncólogos y hematólogos de Estados Unidos, Canadá y Europa, entre ellos 42 españoles (21 oncólogos y 20 hematólogos), durante el 26 de marzo y el 2 de abril. De la misma se desprenden conclusiones como que el 90 por ciento de los especialistas españoles se vieron obligados a posponer o cancelar consultas debido a la pandemia en aquellos momentos. Además, el 64 por ciento reconocieron que habían tenido que posponer o cancelar intervenciones quirúrgicas.
Por otro lado, los oncólogos y hematólogos participantes consideraron que el 59 por ciento de sus pacientes de cáncer estaban expuestos a
sufrir una enfermedad grave si llegaban a infectarse con el nuevo coronavirus, lo que en el 58 por ciento de los casos motivó cambios en el seguimiento de los mismos.
Preocupación por los pacientes
Si bien el 95 por ciento de los especialistas españoles se mostraron “muy preocupados” por el impacto del COVID-19 en la actividad asistencial, el 65 por ciento de los consultados en España afirmaron que, pese a verse reducida la asistencia presencial, esta se vio parcialmente compensada por el incremento de las consultas virtuales y telefónicas. Pese a ello el retraso en el inicio de los tratamientos se observó en el 36 por ciento de los pacientes en el caso de España, mientras que el 32 por ciento de los pacientes sufrieron interrupciones de tratamientos en marcha.
Los problemas a la hora de que los pacientes de cáncer pudieran acceder a test diagnósticos para determinar la presencia del nuevo coronavirus también fueron motivo de preocupación para los oncólogos y hematólogos, que en su mayoría (56 por ciento) consideraban conveniente que sus pacientes pudieran someterse a una prueba diagnóstica para determinar la presencia o no del virus. En este sentido, el 73 por ciento de los especialistas españoles expresaron su preocupación ante los problemas para acceder a los test.