La doctora Jesica Guadalupe Estévez Varela, R-2 de Medicina Forense del Instituto de Ciencias Forenses en la Ciudad de México, comentó en entrevista para El Médico Interactivo México, que actualmente la neurosis en Medicina ya es un diagnóstico, antes se clasificaban como Enfermedades Neuróticas, Histéricas…
La doctora Jesica Guadalupe Estévez Varela, R-2 de Medicina Forense del Instituto de Ciencias Forenses en la Ciudad de México, comentó en entrevista para El Médico Interactivo México, que actualmente la neurosis en Medicina ya es un diagnóstico, antes se clasificaban como Enfermedades Neuróticas, Histéricas y Psicóticas, ahora se cataloga cada una con diferentes criterios como son las fobias, los trastornos obsesivos compulsivos entre otros que están en torno a la ansiedad.
En México, los padecimientos neuróticos más comunes son la ansiedad pura, que puede manifestarse al tener una preocupación repetitiva, los trastornos obsesivos compulsivos, comúnmente en torno a la limpieza o en conductas repetitivas, los trastornos depresivos, el desequilibrio emocional, es decir, tomar el extremo de una emoción y llevarla al límite y los trastornos histéricos que se basan en la manipulación, como pretender ser egocéntricos o narcisistas.
Aunque sea sano aceptar que a veces los problemas pueden superarnos y no es errado buscar ayuda para solucionarlos o sobrellevarlos, además de aceptar que se tiene un problema y saber que no siempre está en nuestras manos resolverlo, sin embargo, en México no se prioriza la Salud Mental, que además suele ser estigmatizada con la locura, tabú que debe erradicarse.
¿Qué factores la provocan la neurosis?
Hay factores que contribuyen en los tres componentes de la neurosis que son el biológico, psicológico y social. En ocasiones se puede generar desde la gestación, por ejemplo, en el embarazo no deseado que posteriormente se manifiesta en un desapego emocional y genera carencias afectivas en el individuo y en la infancia se ve reflejado en berrinches incontrolables, lo que indica que el niño puede crecer desarrollando un padecimiento neurótico.
Si en la infancia se desarrolla depresión, trastorno de ansiedad u otros, se tiene el 50 por ciento de probabilidad de desarrollarlo en la etapa adulta, a esto le podemos sumar factores como el bullying, problemas de adaptación o para relacionarse con otras personas.
¿Qué conductas se consideran peligrosas en niños?
A partir de los 4 años ya se puede hacer un diagnóstico en los niños, aunque en la actualidad se ha convertido en un reto debido a que la adultez se ha inclinado hacia la era tecnológica, lo que provoca una ausencia por sustitución de la convivencia presencial con los juegos en tabletas o celulares y ese factor hace los padres no noten conductas diferentes. Un berrinche con conductas lesivas hacia otra persona o hacia sí mismo, como una mordida, detener la respiración, llorar y gritar en vía pública puede ser una llamada que demuestre que el niño necesita atención. Estas conductas deben atenderse en primera instancia con los papás y deberían llevarse a un psicólogo para realizar un análisis integral para diagnosticar si existen problemas sociales, psicológicos o psiquiátricos y así indicar el tratamiento adecuado para cada caso.
¿Qué se recomienda hacer con los niños que presenten estas conductas?
Compartir tiempo de calidad, crear un vínculo de confianza, limitar la tecnología tanto en padres como en hijos y poner límites con razón, es decir, explicarle al niño hasta dónde puede tomar una decisión.
¿Qué puede calificarse como conductas peligrosas en adultos?
Es difícil determinarlo, una persona que se siente triste y le cuesta trabajo desarrollar su vida cotidiana, que no le gusta relacionarse con otros y puede presentar actitudes de soledad, ansiedad, impulsividad que pueden en el extremo pueden desembocar en un hecho delictivo por falta de control de sus emociones.
¿Cómo son los métodos de tratamiento?
Se necesita un tratamiento dual que consta de terapias sociales y fármacos en algunos casos. En cuanto a la atención que se brinda en Neuróticos Anónimos, por ejemplo, se trata de personas se dedican a compartir sus experiencias de éxito y ayudan a otras a resolver sus problemas para generar una catarsis en grupo, lo que alienta el compañerismo y reduce la ansiedad y le ayuda retomar el equilibrio emocional.