El
32 Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha centrado uno de sus debates en los
fármacos citostáticos. Esta sustancias son capaces de inhibir o impedir la evolución de la neoplasia o tumores. Su objetivo es limitar la maduración y proliferación de las células malignas.
Los fármacos citostáticos se usan frecuentemente como tratamiento frente a diferentes tipos de cáncer.
Pueden usarse como monoterapia o acompañadas de otro tipo de terapias. La cuestión es que el aumento de estos tratamientos, ha hecho
aumentar el número de reacciones de hipersensibilidad. Sobre estas reacciones se pronunciaba Pilar Bergés Gimeno, del Servicio de Alergia del Hospital Universitario Ramón y Cajal. “
Un manejo inadecuado de estas reacciones puede llegar a tener consecuencias nefastas para los pacientes oncológicos. Incluso llevarles a suspender sus tratamientos de primera línea, con los problemas que esto pueda conllevar para la evolución de su enfermedad.”
Desensibilización a los fármacos citostáticos
Ante esta situación una de las técnicas más utilizadas es la
desensibilización a los fármacos citostáticos. Sobre la misma, Bergés matizaba que “es u
na técnica de riesgo que se tiene que personalizar para cada paciente y realizada por alergólogos con experiencia”.
Lo que los expertos denominan
“desensibilización rápida” permite inducir la tolerancia temporal al citostático, a través de la introducción gradual de pequeñas dosis de la medicación en varios pasos en un periodo corto de tiempo.
La experta exponía que para poner en marcha la desensibilización es importante que los alergólogos lideren un
equipo multidisciplinar. De esta forma, se recomienda que el paciente sea supervisado por oncólogos, intensivistas, farmacéuticos y enfermeros.
Por último, expertos de la SEAIC han abordado también cómo
tratar las reacciones ante la proteína transportadora de lípidos (LTP). Esta se localiza en la piel y en la cáscara de alimentos de origen vegetal como frutas, frutos secos, semillas, legumbres, cereales y hortalizas. La conclusión era que no se deben evitar aquellos vegetales a los que el paciente está sensibilizado, pero en el momento actual esté tolerando. Pese a ello, faltan herramientas para evaluar la sensibilización a las diferentes LTPs, de las múltiples fuentes alergénicas que las contienen.
