Es necesario que los Servicios de Medicina Intensiva se preparen para afrontar esta nueva situación
15 de mayo 2024. 10:06 am
El aumento de las temperaturas en España ha alargado los veranos en casi cinco semanas, expandido el clima de tipo semiárido e incrementado las olas de calor, cada vez más frecuentes, largas e intensas. Esto lleva consigo un aumento significativo de la gravedad de algunas…
El aumento de las temperaturas en España ha alargado los veranos en casi cinco semanas, expandido el clima de tipo semiárido e incrementado las olas de calor, cada vez más frecuentes, largas e intensas. Esto lleva consigo un aumento significativo de la gravedad de algunas patologías graves, especialmente respiratorias, y la complicación de infecciones. Algunas de estas, incluso, podrían perder su condición de importadas y pasar a ser locales. Así, es necesario que los Servicios de Medicina Intensiva se preparen para afrontar esta nueva situación, que permita asistir con garantías al nuevo perfil de pacientes críticos.
Las infecciones asociadas al aumento de las temperaturas fueron expuestas en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, que se celebra estos días en Barcelona. “Las transmitidas por pequeños organismos y por el agua son las que con mayor probabilidad puedan aumentar su frecuencia. Hablamos, entre otras, de la malaria, la fiebre del Nilo Occidental, el dengue, el chikungunya o la criptosporidiosis”, explicó el doctor Antoni Trilla, epidemiólogo y catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Barcelona.
Pacientes críticos por golpes de calor
Además de las infecciones, los intensivistas pusieron sobre la mesa las consecuencias de los golpes de calor que pueden llegar a requerir ingreso en la UCI al llegar a tratarse de pacientes críticos. De hecho, los golpes de calor más graves que requieren ingreso en UCI se acompañan de alteraciones neurológicas y fallos multiorgánicos, de ahí su elevada mortalidad.
Para atender a este tipo de pacientes críticos, los intensivistas se centran en conseguir bajar la temperatura corporal. “El enfriamiento debe iniciarse lo antes posible allí donde se encuentre el paciente y continuarse de forma activa hasta controlar la temperatura. Debe basarse en medidas como la inmersión en agua fría y la vaporización de agua fría, que son las más efectivas. Además, es importante dar soporte a todos los órganos que fallan, por lo que estos pacientes generalmente requieren intubación, conexión a ventilación mecánica invasiva, fármacos vasoactivos y terapias de reemplazo renal”, concluye Eduard Argudo, intensivista del Hospital Vall d’Hebron.