Según estimaciones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (
SEAIC), uno de cada cuatro españoles puede sufrir algún tipo de alergia a lo largo de su vida. En concreto, la rinitis es ya la patología alérgica más frecuente en nuestro país, ya que afecta
actualmente al 21 por ciento de la población previéndose que puede llegar a ascender al 25 por ciento de aquí a 2030. Tras ella, le siguen la dermatitis atópica (afecta al 4 por ciento de la población, especialmente a niños); y las alergias a los alimentos (entre el 3-5 por ciento en niños y 2 por ciento en adultos).
Uno de los motivos detrás de este impacto de la alergia es el cambio climático. En el caso de las alergias respiratorias, el adelanto estacional de la primavera, derivado por el cambio climático y la contaminación ambiental, provoca un impacto muy negativo en este tipo de pacientes. En concreto, el incremento de la temperatura global como consecuencia de los gases de efecto invernadero y el descenso en la frecuencia de las precipitaciones tienen una relación directa con e
l aumento de la concentración de polen que producen las plantas durante la floración y el aumento del período de exposición. De hecho, solo en las últimas dos décadas,
regiones como Madrid, Castilla y León o Castilla-La Mancha ya se han visto afectadas por un incremento de alérgicos del 50 por ciento.
Cambio climático y alergia
Ante esta situación, especialistas del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria explican la importancia de i
dentificar correctamente cuáles son los síntomas de los diferentes tipos de alergia dando a conocer los tratamientos de los que disponen los pacientes.
No obstante, los pacientes alérgicos tienen a su disposición un arsenal terapéutico amplio para esta enfermedad, tal y como resalta. Belén Añíbarro, especialista en alergología en este centro hospitalario. En concreto, los
antihistamínicos son los fármacos más empleados para las patologías alérgicas: se emplean en enfermedades como la rinitis, las urticarias agudas o crónicas y otras reacciones alérgicas. Otros fármacos contra las alergias son los
broncodilatadores, frecuentemente asociados a corticoides inhalados para el tratamiento del asma bronquial.
Además de estos fármacos, en la actualidad se dispone de fármacos biológicos para aquellos pacientes en los que no existe respuesta a tratamientos convencionales, destaca la experta. Y, en determinados pacientes, la
vacunación con extractos alergénicos logra mejorar los síntomas de la enfermedad y reducir la necesidad de emplear otros medicamentos para su control, pudiendo incluso detener la progresión de la alergia