El pie de atleta es un tipo de infección fúngica causada por dermatifitos, sobre todo por T. rubrum, T. mentagrophytes y E. floccosum. Este último es el responsable de la mayoría de los casos de pie de atleta.
Una de las peculiaridades de esta infección es su alta capacidad de contagio, por lo que es muy importante detectarla a tiempo para poder iniciar de forma precoz la pauta terapéutica y controlar así su evolución.
Una vez que se ha iniciado la infección por la acción de los dermatofitos, que se localizan en el estrato córneo (allí se nutren de la queratina), puede avanzar a través de la ruptura de la barrera protectora de la epidermis. Esto hace que más difícil su control.
Tres localizaciones
Las infecciones por pie de atleta tienen tres localizaciones principales. La primera se llama interdigital, aparece entre los dedos del pie. Su forma de presentación es en manchas pruriginosa, con descamación, aparición de pequeñas grietas y maceración de la piel. La segunda forma se denomina mocasín, ya que las lesiones se distribuyen en la piel de las plantas de los pies con la forma de ese zapato. En estos casos, la piel toma la apariencia escamosa y engrosada. La tercera presentación del pie de atleta es la vesicular. Como su nombre indica, se producen erupciones cutáneas vesiculares con la aparición de pústulas y ampollas en todo el pie, pero sobre todo en las plantas. Este hecho hace que aparezca dolor y picor.Diagnóstico
A través de la exploración física se puede hacer el diagnóstico del pie de atleta. No obstante, hay una serie de pruebas que ayudan en su detección. Se puede recurrir a microscopía directa de raspados de piel tratados con hidróxido de potasio. También a la histopatología de una biopsia de piel tratada con tinción de ácido peryódico de Schiff. Esta prueba sirve para facilitar el tratamiento cuando no es fácil su diagnóstico o cuando el pie de atleta no ha remitido con el tratamiento previo. En determinados casos se puede optar por la exploración con lámpara de Wood. Aunque los dermatofitos propios del pie de atleta no emiten fluorescencia, la lámpara de Wood puede servir para diferenciar la tiña inguinal del eritrasma, que emite una luz roja coral. A la hora de hacer el diagnóstico también se puede recurrir a los cultivos fúngicos, conseguidos a través de raspados en medios de agar Sabouraud. Normalmente no se emplea por su alto precio y porque no influye su resultado en el tratamiento.Abordaje terapéutico
El tratamiento más habitual para el pie de atleta es la aplicación de un antifúngico tópico. Se suelen pautar una o dos veces al día durante un periodo comprendido entre una semana y cuatro semanas. Al no presentar efectos adversos, el cumplimiento es mejor. Es muy importante mantener la pauta indicada hasta finalizar el tratamiento, incluso aunque los síntomas hayan desaparecido. Cuando éstos son graves y recurrentes, se puede optar por antifúngicos orales, pero solo en adultos. El clotrimazol es un antifúngico de amplio espectro indicado para el tratamiento de infecciones superficiales de la piel causadas por dermatofitos, levaduras y otros hongos. Es el primer derivado del imidazol utilizado para tratar infecciones fúngicas. Canestén y Canespie, cuyo principio activo es el clotrimazol, tiene una serie de formulaciones para tratar el pie de atleta. Se asocia con altas tasas de curación que llegan hasta un 95 % en la tasa de curación micológica y un 96 % en la tasa de curación clínica. Hay que destacar que la mejoría clínica puede observar ya desde la primera semana de tratamiento.Cuidado con…
Hay que tener en cuenta estos factores que favorecen la aparición del pie de atleta. Estar en un entorno cálido y húmedo, llevar durante mucho tiempo calzado apretado, tener una transpiración excesiva, presentar alguna carencia nutritiva, estar con un tratamiento antibiótico y tener una exposición prolongada al agua. Por eso, es muy importante que las personas que practican deportes acuáticos vigilen estrechamente la aparición de esta infección fúngica. Para prevenir su aparición es recomendable seguir una serie de medidas que incluyen secarse a conciencia los dedos de los pies tras entrar en contacto con el agua. Las personas que sus pies estén en contacto directo con agua durante mucho tiempo pueden recurrir al uso de polvos antisépticos y absorbentes, que se deberán administrar una vez que el pie esté bien seco. Ante los primeros síntomas del pie de atleta, se puede empezar a utilizar un antimicótico tópico y se recomienda utilizar calzado protector en las piscinas o en las saunas.Bibliografía recomendada
- Canestén. Micosis. Pie de atleta.
- Moreno C, Avila JJ, Vargas M. [Bay B 5097 (solution) in tinea pedis]. Prensa Med Mex. 1975;40(7-8):259-66.
- Síntomas de la tiña. Canestén.
- Spiekermann PH, Young MD. Clinical evaluation of clotrimazole. A broad-spectrum antifungal agent. Arch Dermatol. 1976;112(3):350-2.