El
XXXI Congreso de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (
SEFC), celebrado en formato virtual, ha reunido a casi 200 profesionales. Entre los temas destacados de esta edición han estado la relación de la COVID-19 con el consumo de drogas. También en aspectos novedosos de la tecnología, como son los avances en el
uso de registros electrónicos de información sanitaria. Asimismo, han sido protagonistas la investigación en terapias avanzadas y medicina personalizada.
A este respecto, se ha puesto en valor la utilidad de estos registros. Especialmente, al
permitir el acceso a grandes cantidades de datos de pacientes. También, al representar, en la actualidad, uno de los mayores avances en tecnologías aplicadas al área de la salud. En cuanto a las terapias avanzadas, se ha evidenciado el
papel clave que van a desempeñar las terapias génicas, celulares y de tejidos. Todo ello, en conjunción con la nano robótica, en el futuro de la Medicina.
Relación de la COVID-19 con el consumo de drogas
Por su parte, Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse de EEUU, explicaba los efectos de la pandemia sobre los hábitos de consumo de drogas. La conclusión más reseñable es el
extraordinario aumento del consumo de drogas durante la pandemia. Se explica como consecuencia de la penalización de la interacción social, la incertidumbre y el estrés. Aunque también del cierre sistemático de los centros de atención a la drogadicción y otros medios de soporte social durante aquellos primeros meses.
En cuanto a la relación de la COVID-19 con el consumo de drogas, la experta también reseñaba que l
os consumidores de drogas tenían un mayor riesgo de ser infectados. En concreto, por presentar sistemas respiratorios y cardiovasculares comprometidos. También porque el consumo de drogas se asocia a conductas y situaciones sociales en las que es más probable verse afectado por el virus.
“La pandemia nos ha dejado claro que la prevención y el tratamiento de la drogadicción necesita de soportes sociales que permitan la reinserción en la vida social. La drogadicción es una enfermedad crónica que requiere de un tratamiento continuado. Este debe de asegurarse desde las administraciones, incluso en tiempos de pandemia”, concluía Volkow.