El consumo de sustancias psicotóxicas, como el tabaco, busca aliviar un estado afectivo negativo, incluso cuando el motivo inicial de probarlas sea sentirse bien, recreativa o terapéuticamente, legal o ilegalmente. De forma gradual, la persona entra en un ciclo adictivo de difícil ruptura, el cual genera más malestar en comparación con el malestar original que quería aliviar.
Así lo expuso la doctora Daniela Flores Mosri, investigadora y docente de la Universidad Intercontinental (UIC), al explicar el origen y desarrollo de la adicción a estupefacientes, a partir de las investigaciones, desarrolladas en dicha universidad y en la experiencia con pacientes que padecen alguna adicción. Los estudios subrayan la relevancia de comprender lo que la persona que consume piensa y siente al respecto, a través de diversas etapas de consumo.
Generalmente, se refiere curiosidad por probar drogas, incluso cuando se reporta saber acerca de sus consecuencias negativas. Sin embargo, hay “algo” que les motiva a querer conocer los efectos sobre el estado mental. Probar es experimentar. 'Al saber qué se siente, se introduce el conflicto sobre si se quiere consumir nuevamente o no, a pesar de saber que existen riesgos asociados', explicó la experta.
El consumo de sustancias psicotóxicas no alivia los malestares previos
El consumo de sustancias psicotóxicas deriva de dos tipos de reforzamiento o motivaciones: el positivo implica sentirse bien, y es descrito por muchos consumidores como placentero y agradable; el negativo se caracteriza por la sensación de alivio de un estado desagradable
Rebeca Flores
30 de junio 2020. 10:00 am