El 30 por ciento de pacientes con dolor articular sufre síntomas de sensibilización central (SC), y un 55 por ciento tiene mala respuesta a los analgésicos convencionales. Otro dato significativo es que el 40 por ciento presenta una mala correlación clínico-radiológica. El abordaje del paciente con sensibilización central suele ser complejo, ya que, en muchas ocasiones, empeora a pesar del tratamiento. Los especialistas indican que esta patología tiene un sustrato anatómico y fisiopatológico, con complicaciones somáticas y psicológicas. En un servicio hospitalario de rehabilitación, el 80 por ciento de las consultas están relacionadas con el dolor, y los expertos se plantean si debe seguir considerándose un síntoma o hay que empezar a tratarlo como una enfermedad con entidad propia.
El paciente con sensibilización central demanda soluciones de forma urgente, siendo fundamental seguir insistiendo en la formación continuada de los distintos profesionales sanitarios involucrados en su atención, para asegurar un correcto diagnóstico y tratamiento. Además, a nivel de la Atención Primaria, otro de los principales inconvenientes para una buena evaluación de estos pacientes es la falta de tiempo, pero, por el contrario, cuentan con una posibilidad de asistencia continuada que favorece su control y seguimiento.
La sensibilización central puede llegar a ser invalidante. El paciente que la sufre ya ha pasado en muchos casos por multitud de especialistas y cree que va a tener que convivir toda su vida con el dolor. Esta afectación emocional y funcional del individuo impacta de manera importante en su entorno social y familiar, y es función del médico de Primaria la promoción de hábitos saludables que contribuyan, junto con la medicación, a la mejora global de la calidad de vida del paciente.
La evolución del dolor
A pesar de las dudas respecto al mecanismo fisiopatológico que origina la sensibilización central, se sabe que esta es resultado de un dolor complejo mantenido en el tiempo. Esto provoca una serie de cambios a nivel del sistema nervioso que provocan, entre otros, la cronificación del dolor. Las unidades del dolor constituyen en ocasiones las grandes esperanzas de los pacientes con sensibilización central, si bien es necesario un abordaje conjunto A. Primaria - A. Especializada – Unidad del Dolor para asegurar un tratamiento adaptado a las necesidades individuales de cada paciente. Es también importante el correcto manejo de las expectativas del paciente para evitar la frustración ya que, en muchas ocasiones, no será posible hacer desaparecer el dolor.
Signos característicos
El paciente con sensibilización central es por lo general aquel que refiere dolor articular de elevada intensidad y múltiples localizaciones. Se trata de un dolor poco definido, presente en reposo y que interfiere con el sueño. El abordaje de estos pacientes supone un importante reto para el profesional sanitario ya que, en numerosas ocasiones, los resultados de pruebas diagnósticas no corresponden con la sintomatología referida por el propio paciente, lo que dificulta tanto el diagnóstico inicial como posterior tratamiento. En fases avanzadas, se produce una hipersensibilización generalizada que puede acompañarse de cuadro depresivo e importante afectación social y familiar.
Abordaje farmacológico y no farmacológico
Para la sensibilización central, y el dolor, en general, hay una gran batería de herramientas tanto farmacológicas como no farmacológicas. El ejercicio y la terapia física deben diseñarse de forma individual para cada paciente, teniendo en cuenta el estadio y evolución de su enfermedad. Respecto al tratamiento farmacológico, es necesario tratar de manera precoz para prevenir la evolución negativa del dolor (cronificación), teniendo en cuenta los mecanismos fisiopatológicos que lo originan en cada caso. El establecimiento de objetivos claros y realistas y su seguimiento contribuirán a evitar abandonos y/o automedicación entre otros. Por último, no debemos olvidar valorar los posibles beneficios de la terapia psicológica en este tipo de pacientes.
Conclusiones
- El diagnóstico de la sensibilización central no depende tanto de la etiología como de las características fisiopatológicas del dolor del paciente, los signos y síntomas que éste refiere y la no respuesta al tratamiento convencional.
- Es imprescindible tratar el dolor precozmente para evitar complicaciones futuras. En muchos casos será necesario un abordaje multidisciplinar.
- No debemos olvidar el tratamiento psicológico del paciente con sensibilización central. Las terapias cognitivo-conductuales pueden ser de gran ayuda para retomar y mejorar la actividad diaria.
- El médico de Atención Primaria reclama más formación en el ámbito del dolor y de la sensibilización central. Su desconocimiento provoca cierto temor a la hora de prescribir uno u otro tratamiento.
- Se recomienda establecer objetivos claros y realistas al inicio del tratamiento y un plan de seguimiento para el correcto manejo de las expectativas de los pacientes, así como favorecer la adherencia.