Tras el diagnóstico de la diabetes, lo prioritario en un trabajador es concienciarse de que debe aceptar una serie de cambios en su estilo de vida día a día, en cuanto al tratamiento y seguimiento, ya que es clave retrasar al máximo el tratamiento de la insulinización. Para ello, se debe apostar por tratamientos orales que se adecuen mejor a todas las situaciones laborales, que sean bien tolerados y que no provoquen hipoglucemias.
La utilización de los iDPP4 han demostrado eficacia y seguridad con prácticamente cero hipoglucemias a diferencia de las sulfonilureas, cuyo uso se relaciona con más casos de hipoglucemias.
A nivel nutricional es importante ofrecer al paciente una alternativa dietética, que sea más saludable y a la vez sencilla de aplicar, así como controles periódicos en consulta tanto médica como de Enfermería.
El ámbito laboral es una de las áreas que puede verse afectada por la diabetes, pero deben de ser tratados igual que el resto de los trabajadores. No obstante, a pesar de que cada vez hay un mayor número de diabéticos, la Medicina ha avanzado y gracias a los tratamientos, las personas con diabetes, si los siguen bien, pueden llevar un ritmo de vida tan normal y saludable como una persona sana.
El diabético es una persona que toma conciencia de su enfermedad gracias a los planes de educación que se realizan en los centros sanitarios. Y cuanto antes se eduque antes llevará un mejor control de su enfermedad. Lo que redunda en una mejor calidad de vida.
Integrar la enfermedad en la vida
Por eso, controlar la diabetes y poder integrarla en la vida diaria y laboral de cada paciente es clave. Cualquier variable que se produzca en la vida del paciente diabético puede tener un importante impacto en el control y desarrollo de la enfermedad, como puedan ser cambios sociales, laborales o emocionales. Es importante tanto para el equipo sanitario como para el paciente conocer la influencia que tienen en su enfermedad, los hábitos, el entorno donde vive y el tipo de actividad laboral y horario que realiza.
De forma general, las pautas a marcar para el paciente diabético tienen que ir dirigidas en un primer momento a que conozca su enfermedad y sus consecuencias para su salud, saber informarle correctamente de qué signos o señales tiene que conocer para que acuda al médico si los detecta, como son las hipoglucemias, los problemas de visión, las úlceras en pie…
Controles
Una vez que el paciente y los familiares tienen toda la información sobre la enfermedad, hay que consensuar cómo intervenir para que el paciente tome el control de su enfermedad para que pueda llevar una vida normal en todos los aspectos, también en el laboral. El buen control del paciente repercutirá en un menor absentismo laboral. Se deben realizar controles periódicos, control de sus factores de riesgo cardiovascular, presión arterial, peso, alimentación, pruebas complementarias, electrocardiograma, examen de laboratorio, fondo de ojo, etc.
Hay que tener en cuenta que el paciente diabético que lleva una vida laboral activa suele ser mal cumplidor, no solo por sus circunstancias laborales, sino porque no asume su enfermedad. Por eso, es importante convencer al paciente de que un correcto control de la enfermedad es fundamental para evitar la aparición de complicaciones y la aparición de otros factores de riesgo cardiovascular.
Generalmente, son pacientes que no asumen en muchos casos que tienen una enfermedad que necesita un control. La elevada presión asistencial que existe en Atención Primaria dificulta el manejo de los pacientes diabéticos tipo 2. Cuando hay que profundizar en varios aspectos del abordaje de la enfermedad, tales como modificaciones en estilos de vida, dieta, ejercicio físico, como pilares fundamentales del tratamiento, los especialistas se ven con falta de tiempo para llevarlos a cabo. En este contexto, el papel de la Enfermería en la educación diabetológica es clave. La falta de seguimiento de la enfermedad la justifican con el horario laboral, pero hay que hacer hincapié en la importancia de unos horarios estables de comidas para que puedan controlar mejor los niveles de glucemia y que el tratamiento corresponda con lo que se persigue en el control glucémico.
También, el farmacéutico puede ayudar en este control, ya que dada su cercanía puede facilitar la implantación de consejos nutricionales y resolver dudas en torno a la medicación.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Antonio Cuadra Escalante, Juan José Florido Ávila, Manuel Jiménez Notario y Luis Caparros Sepúlveda, del Centro de Salud de Torremolinos, y José Luis Candón Angulo y Felipe Sánchez Gahete, del Consultorio Granja de Torrehermosa y los internistas Alfonso Iglesia Arroyo, Fernando Muñoz Díaz, Daniel Pardo Capilla y José Ramón Buenavida Villar, del Hospital de Llerena.
El correcto control de la diabetes es clave para que no se vea afectado el ámbito laboral
Clara Simón
18 de junio 2019. 11:28 am