El próximo día 4 de febrero es el Día Mundial del Cáncer. El de próstata está entre los primeros que afecta a varones. El Dr. Javier Romero-Otero, director del Departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid y director médico de ROC Clinic, nos informa de la enfermedad en la actualidad y sus avances.
¿Qué prevalencia tiene actualmente y cómo cree que se podría reducir?
El Día Mundial del Cáncer supone una ocasión idónea para incidir sobre la importancia de acudir al urólogo de manera preventiva, de manera que podamos diagnosticar a tiempo patologías como el
cáncer de próstata. Este es el cáncer más frecuente diagnosticado en varones en nuestro país.
Solo en España se diagnostican más de 35.000 casos al año y mueren unas 6.000 personas.
¿Cómo podemos reducir esta cifra? Indudablemente no retrasando la visita al urólogo ni esperar a tener algún tipo de síntoma para hacerlo.
Todo hombre a partir de los 50 años, o 45 si tiene algún antecedente familiar, debería acudir a este especialista. En esta visita, hacemos una evaluación completa de la salud del varón y un estudio de detección precoz de cáncer de próstata.
¿Cómo está España en este momento en este sector y qué últimos avances ha tenido al respecto?
En España, como país del mundo occidental, tenemos un desarrollo alto en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata. En los países del mundo asiático y del Este las personas padecen menos cáncer de próstata y tienen menos desarrollado este ámbito.
Ahora mismo vivimos un momento muy álgido en todo lo que es el tratamiento del cáncer de próstata, puesto que hemos conseguido desarrollar y aprobar, en los últimos años, seis moléculas para poder no solo mejorar la calidad de vida y la vida cotidiana de las personas, sino para aumentar la supervivencia de las mismas. De modo que estamos de enhorabuena porque son muchos los trabajos y ensayos clínicos que están en marcha.
Nosotros estamos incluidos en muchos de ellos para el desarrollo de moléculas que van a poder ayudar a los pacientes que tienen la enfermedad diseminada, es decir, la enfermedad ya metastásica. Por otro lado, en el estado inicial de la enfermedad tenemos muchos avances en el diagnóstico, como la
biopsia prostática por fusión real de imágenes PET-RM-PSMA y eso nos está permitiendo detectar el cáncer en estadios muy precoces y caracterizar muy bien el cáncer. Gracias a esto podamos optar a terapias muy poco invasivas, como la terapia focal, en la que solo tratamos la parte tumoral de la próstata y no tratamientos radicales.
¿Cómo ve la enfermedad en nuestro país de aquí a 5 años? ¿Qué tratamientos más efectivos hay hoy en día?
La prevalencia del
cáncer de próstata va a seguir aumentando en nuestro medio, puesto que va asociado a la edad de las personas, es decir, cuanto mayor es el paciente, mayor es la probabilidad de padecerlo.
En nuestro país, tenemos un
envejecimiento claro de la población, lo que nos va a llevar a que cada vez diagnostiquemos y padezcamos más cáncer de próstata. Por eso es muy importante una labor de diagnóstico precoz para detectarlo en estadios iniciales y poder tratar al paciente sin consecuencias, no solo en los años de vida que va a vivir, sino en calidad de vida en términos de incontinencia urinaria y de disfunción eréctil o impotencia.
En este sentido, estamos en un momento clave de extender la visita al urólogo y animamos a todos los varones que lo hagan puesto que es una revisión muy sencilla. Además, estamos de enhorabuena en términos de cirugía robótica, ya cada vez está más desarrollada y hay incorporaciones de nuevos robots que nos van a permitir, en caso de tener que hacer tratamientos radicales, facilitar este tipo de intervenciones para obtener mejores resultados oncológicos y funcionales.
Y es que según ha apuntado en otras ocasiones, la Hiperplasia Benigna de Próstata es la patología benigna más frecuente que padece el hombre, ya que afecta a más del 50% mayores de 50 años y supone el 70% de la actividad general de un urólogo. Como ha comentado, el tratamiento debe ser diseñado en función de la edad y comorbilidad del paciente, el tamaño prostático, las secuelas que haya provocado en el aparato urinario, la función eyaculatoria y la función sexual. ¿Qué soluciones hay actualmente? ¿Qué avances se han encontrado en España en los últimos meses?
La h
iperplasia benigna de próstata es un agrandamiento de la glándula prostática que se produce de forma progresiva con la edad. El envejecimiento y la presencia de andrógenos u hormonas sexuales masculinas son la causa más frecuente de este aumento. Los medicamentos conocidos como bloqueadores alfa ayudan a mejorar los síntomas de los pacientes. Sin embargo, la opción que ofrece una curación más efectiva es la
cirugía.
Clásicamente, el tamaño prostático es el que ha definido la vía de abordaje con el que vamos a operar. Cuando el tamaño es menor a 60 centímetros cúbicos se extirpa el adenoma a través de la uretra sin hacer incisiones, a esto lo llamamos resección transuretral de próstata (RTUp). Cuando la próstata tiene un tamaño superior a 60 cc, clásicamente se ha empleado la cirugía abierta, obteniendo excelentes resultados funcionales, extrayendo todo el adenoma e impidiendo recidivas, pero con el inconveniente de tener que hacer una incisión con las complicaciones y molestias que conlleva: dolor, sangrado, posible infección, sonda durante dos semanas, estancia hospitalaria durante 3 o 4 días y riesgo de sangrado.
Afortunadamente, estos abordajes quirúrgicos clásicos han sido ampliamente superados por la enucleación con
láser de holmium o láser de tulio. Aunque cada uno tiene sus particularidades, estos dos láseres son óptimos para realizar enucleaciones, permitiéndonos eliminar todo el adenoma en su totalidad. El Láser de Holmium nos permite acceder al adenoma través de la uretra y extraerlo a través de este conducto, sin hacer ninguna incisión al paciente y evitando los riesgos que esto supone. Es decir, obtenemos el mismo resultado funcional que con la cirugía abierta, pero con las mínimas complicaciones.
Hoy en día, también incorporamos otros dos tratamientos a nuestro arsenal quirúrgico:
Aquabeam, un sistema robotizado que funciona con chorro de agua a presión, y
Rezum, que consiste en la inyección de vapor de agua para reducir el tamaño de la próstata. Son dos procedimientos mínimamente invasivos caracterizados por preservar la eyaculación en los pacientes.
¿Puede ser un campo que tenga mucho más futuro del que se espera en España? Precisamente en ROC Clinic, liderado por usted, han desarrollado un Curso Práctico con Simulador de Formación Quirúrgica en Enucleación Prostática con Láser de Holmium con el que se han formado 48 urólogos de nuestro país recientemente. Una opción con potencial, ya que se trata de una técnica mínimamente invasiva para tratar esta patología que más afecta a los hombres.
Nosotros hemos sido pioneros en el manejo del láser de Holmium y apostamos por él desde hace ya más de 14 años para tratar la hiperplasia benigna de próstata. Hoy por hoy, es una de las opciones más efectivas, inocuas y seguras y, por eso, en 2021 hemos formado a 48 urólogos en el manejo de esta técnica. Este ha sido solo un primer paso, este año queremos seguir formando a más urólogos en este tratamiento, que precisa de gran experiencia y habilidad endoscópica por parte del cirujano, así como un instrumental especializado. Si queremos que la salud llegue a todos, necesitamos más profesionales formados y comprometidos.
Como comentaba anteriormente, las bondades del Láser de Holmium frente a otras técnicas son realmente destacables. La principal es que simula a la cirugía abierta permitiendo la extirpación completa y permanente del adenoma y obteniendo excelentes resultados funcionales, minimizando las complicaciones. Asimismo, evitamos la incisión abdominal y obtenemos otras ventajas como un sangrado quirúrgico mínimo, la retirada precoz de la sonda, una menor estancia hospitalaria y la ausencia de recidivas y reintervenciones a causa de esta patología. Además, el tejido extirpado puede someterse a un análisis histopatológico para diagnosticar la presencia de un cáncer de próstata incidental en pacientes sin datos previos de sospecha.