La prohibición de viajar ha sido la clave de los esfuerzos de muchos países para controlar la propagación del virus de la COVID-19. Pero una nueva investigación, publicada en la revista 'Journal of the Royal Society Interface', sugiere que la reducción de la actividad individual (es decir, el distanciamiento social, el cierre de negocios no esenciales, etc.) tiene una eficacia 'muy superior' para controlar la diseminación del SARS-CoV-2.
La investigación, realizada por la New York University Tandon School of Engineering (Estados Unidos) y la Politécnico di Torino (Italia), ha evidenciado que la limitación de la movilidad personal mediante restricciones de viaje y tácticas similares solo es eficaz en las primeras fases de la epidemia, y se reduce en proporción a la propagación de la infección en una población.
En el estudio, detallan un marco de modelización de datos para aislar la eficacia diferencial de las distintas políticas contra al COVID-19. Dado que su método se beneficia de una baja carga computacional (puede ejecutarse fácilmente en un ordenador personal), puede ser un valioso sistema de apoyo a la toma de decisiones para los responsables políticos, con vistas a la aplicación de acciones de contención combinadas que puedan proteger la salud de los ciudadanos, evitando al mismo tiempo los cierres totales, con todas sus consecuencias económicas, sociales y psicológicas.
El distanciamiento social y el cierre de actividad no esencial es más efectivo que prohibir viajar
Las restricciones a la actividad social deben eliminarse gradualmente para evitar una nueva ola
Federico Pérez
4 de marzo 2021. 8:50 am