El Foro de la Profesión Médica pide proteger a los profesionales de la lacra de las agresiones

Este 12 de marzo se celebra el Día europeo contra las agresiones a médicos y profesionales sanitarios. Por ello, el Foro de la Profesión Médica quiere recordar la necesidad urgente de que las distintas administraciones se impliquen en la protección de los médicos de la lacra de las agresiones. Especialmente al comprobar que las cifras siguen en aumento. De hecho, según los datos del Observatorio contra la Agresiones presentados por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), las cifras de 2022 baten un triste récord histórico. Se documentaron 843 acciones violentas comunicadas a los colegios de médicos. Esto supone un 38 por ciento más que el año anterior. Así, desde 2010 se habrían registrado un total de 6.492 agresiones. Preocupa que de los datos también se desprende que Atención Primaria acumula el 43 por ciento por ciento de las agresiones. También que son las médicas quienes sufren el 61 por ciento de las mismas.

La lacra de las agresiones

Bajo el lema de ‘Ante las agresiones, tolerancia cero’, el Foro de la Profesión quiere denunciar que es inadmisible no solo la existencia de la lacra de las agresiones, sino además su incremento cada año. Por ello, exige a la Administración que asuma su responsabilidad en esta cuestión. La generación de falsas expectativas a la población de difícil cumplimiento si se tiene en cuenta la realidad actual de la asistencia sanitaria generan frustración en el paciente. Este, en demasiadas ocasiones, canaliza esa desesperación con insultos, amenazas o ataques físicos, todas ellas agresiones, que terminan padeciendo los profesionales. Por todo ello, desde el Foro recuerdan a las administraciones que es su obligación poner todos los medios de protección necesarios para que sus trabajadores puedan desarrollar su labor con la máxima seguridad. En este sentido, se deben articular medidas de protección en los centros de trabajo, facilitar la denuncia de episodios violentos y poner sobre la mesa todas las herramientas para el acompañamiento y apoyo del profesional agredido, algo en lo que todavía existe mucho margen de mejora.