Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), realiza en esta entrevista un repaso a los 20 años de presencia en España de estas especialidades, que ahora atraviesan una fase de estancamiento. Una vez ganada la confianza de la sociedad y la de los médicos de Atención Primaria, considera que hay camino por recorrer en la apuesta de los especialistas por los genéricos. Desde la patronal de estos medicamentos, reclaman a la Administración más medidas que incentiven su uso, dada la aportación que realizan a la sostenibilidad del sistema.
AESEG ha realizado diversas acciones para celebrar los 20 años del genérico en España. ¿Cuál es su balance de estas dos décadas?
En estos 20 años hemos atravesado tres etapas distintas. La primera de ellas podríamos decir que fue una travesía por el desierto en la que, por diversas razones, nos costó bastante que estas especialidades penetraran. Cabe recordar que España fue uno de los países donde más tardaron en incorporarse los genéricos. Pasada esta primera fase, de 2009 hasta 2014, coincidiendo con la crisis, vivimos una época de esplendor, porque salieron al mercado productos de gran facturación y porque, en estos años de dificultad económica, las comunidades autónomas se acordaron del genérico. Sin embargo, hace dos años que hemos entrado en una fase de estancamiento, tanto en unidades como en valores.
¿Cuál es la presencia actual de los genéricos en España?
Su cuota respecto al total del mercado farmacéutico es del 40 por ciento, que se aleja mucho del 65 por ciento de la media de los países europeos. En valores, representan el 21 por ciento del mercado, cuando la media europea es del 25 por ciento. Además, en el último trimestre del año pasado, los genéricos decrecieron, lo que no puede considerarse normal en un sector de medicamentos jóvenes donde la evolución tendría que ser positiva.
¿Cuál es el motivo de este estancamiento?
Es un tema que nos preocupa y estamos analizando las razones de este estancamiento. De manera general, vemos que el foco de atención de las administraciones últimamente se ha dirigido hacia otro tipo de medicamentos, centrándose en cuestiones como la financiación de innovadores, el gasto hospitalario, los nuevos biosimilares o los huérfanos.
¿Cuáles son los argumentos básicos de AESEG a la hora de defender la aportación de los genéricos?
En estos 20 años han demostrado de manera contundente que aportan grandes valores a la sociedad y al paciente, siendo uno de los principales su capacidad de ahorro. Al salir al mercado, cuando la patente del producto original ha terminado, las administraciones entienden que la inversión que se hizo ya está amortizada. Un genérico sale al mercado como mínimo un 40 por ciento más económico que su homólogo de marca, lo que comporta un ahorro anual de unos 1.000 millones de euros, que dan idea de su contribución a la sostenibilidad del sistema sanitario.
¿Y a los pacientes, qué les aporta?
Precisamente, otro de sus valores es el haber permitido a los pacientes el acceso a su medicación. Con lo que costaba hace 15 años un tratamiento con simvastatina, hoy tratamos a 23 pacientes, lo que indica el valor para la sociedad del genérico. Por otro lado, estudios de los que disponemos sobre la percepción que la población tiene de estas especialidades revelan que ocho de cada diez ciudadanos tienen una confianza plena en ellas. Por tanto, para resumirlo en tres palabras, lo que aporta el genérico en España es ahorro, acceso y confianza.
¿Los médicos están suficientemente informados sobre estos medicamentos?
Una de las propuestas que nos han trasladado sociedades científicas de Atención Primaria y de Especializada, en reuniones que hemos mantenido para recabar su opinión, es que hay que intensificar los programas de información, lo que también contribuirá a poner en valor las ventajas y características de los genéricos. En AESEG realizamos acciones, como mesas redondas, con la participación de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), y otras como la reunión en el Senado que celebramos el pasado febrero, en la que participaron las sociedades científicas y los grupos políticos. Además, no hay que olvidar que las compañías de genéricos trabajan en muchos casos con especialistas en programas de formación continuada.
¿Cuál es su valoración sobre la percepción que tienen los médicos del genérico?
Diferenciaría entre el médico de Atención Primaria y el de Especializada. El primero tiene un concepto muy positivo de estos medicamentos, dado que, tras 20 años de presencia en España, ya está muy familiarizado con su uso, y también porque no ha recibido información negativa al respecto por parte de los pacientes de forma generalizada, lo que crea confianza. Por tanto, el médico de AP ha llegado a la conclusión de que son medicamentos iguales en cuanto a calidad, eficacia y seguridad, y estoy convencido de que la gran mayoría piensa que no hay diferencia con los de marca. Además está muy habituado a la prescripción por principio activo o por genérico, facilitada por los sistemas de receta electrónica, algo por lo que apostaron las comunidades autónomas cuando buscaban ahorros en época de crisis.
¿Y los médicos de Atención Especializada?
El perfil de estos profesionales es más elevado, no han tenido informatizada la prescripción y la relación periódica con la industria innovadora ha sido mayor que la que han tenido con la del genérico. Cuando vence la patente de un producto de marca, tras diez años de exclusiva comercialización, no hay muchas novedades para trasladar al médico. Aunque los especialistas son más sensibles a la información de los productos innovadores y están más habituados a ellos que a los genéricos, nuestra percepción es que de manera general el concepto que tienen de los mismos es positivo.
¿Qué medidas podrían motivar que los médicos prescribieran más genéricos?
En otros países, como Portugal, hay incentivos para los médicos que alcanzan una cuota mínima de prescripción de genéricos, que son de tipo económico o de ventajas laborales. En España, años atrás, se pusieron en marcha, con éxito, sistemas de este tipo en diversas comunidades autónomas, cuando apostaban de manera más firme por el genérico, aunque no se han mantenido en el tiempo.
¿Cuál es su opinión sobre las voces que dicen que el cambio de marca a genérico provoca confusión a los pacientes y, en ocasiones, rechazo?
No creo que haya efectos negativos en el cambio de marca a genérico. Considero que hay quien puede pensar esto por los mensajes de este tipo que no se ajustan a la realidad. En estudios realizados por Metroscopia, cuando preguntamos a los ciudadanos si en la farmacia les sustituyen su tratamiento habitual, ocho de cada diez nos dicen que no. Estos resultados coinciden con estudios realizados por farmacéuticos, según los cuales, en la gran mayoría de ocasiones mantienen los tratamientos. Solo el 20 por ciento afirma que les sustituyen a genérico y, de estos, solo el 20 por ciento afirma tener alguna confusión al respecto. Por tanto, solo en el cuatro por ciento del total se dan problemas de este tipo.
¿De dónde parte entonces la idea contraria?
En Andalucía, la prescripción por principio activo se realiza desde hace 15 años con una cuota de penetración muy alta, y no hemos detectado que haya problemas con la sustitución. Tampoco en los medios de comunicación generalistas hemos visto que se genere confusión o que haya algún tipo de alarma social al respecto. Esto significa que, en los últimos años, ha habido un interés por trasladar el mensaje contrario por parte de sectores muy mínimos. En su día, también tuvimos que demostrar que eran falsas otras informaciones del genérico, como que tenían una diferencia del 20 por ciento de principio activo.
Para evitar posibles confusiones en relación a los envases, se ha hablado de llevar a cabo acciones para reducir la variabilidad entre las distintas presentaciones, lo que se denomina la isoapariencia. ¿Qué opinión le merece?
Este tipo de propuestas van en la misma corriente de los mensajes que comentaba, cuando esto no ocurre en otros países del entorno europeo, aparte de los costes que supondría llevar a cabo la isoapariencia.
¿La eficacia de los genéricos aún se pone en duda?
Tras 20 años, existe el convencimiento de que la calidad, eficacia y seguridad del genérico son iguales a sus homólogos de marca, en primer lugar, porque el registro de estos productos está aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios o por la Agencia Europea del Medicamento, que aplican los mismos criterios que cuando aprueban el innovador. Además, nadie debe cuestionar que se pueda replicar una estructura química al cien por cien en calidad, eficacia y seguridad, lo cual viene avalado por rigurosos estudios de equivalencia a los que el genérico está obligado antes de ser aprobado por la agencia correspondiente.
¿Qué esperan de la nueva ministra de Sanidad, Carmen Montón?
En AESEG confiamos en conservar la fluida relación e interlocución que siempre hemos mantenido con la Administración sanitaria y nos hemos puesto a su disposición para mantener los encuentros que sean necesarios y establecer los nexos de colaboración que sean posibles, de manera que se puedan poner en marcha actuaciones conjuntas para mejorar la situación del medicamento genérico en España.
¿Echa de menos campañas desde la propia Administración para la promoción del EFG?
Consideramos que, si las administraciones están interesadas en el genérico deberían ser más proactivas para la recuperación de normativas y también mediante campañas de información a la sociedad, poniendo en valor las características del genérico y lo que aportan en términos de ahorro. En AESEG nos gustaría que el ahorro que produce el genérico, que son unos 1.000 millones de euros al año, funcionara como vasos comunicantes, de modo que contribuyera a dotar de mejor financiación a los medicamentos innovadores u otros recursos en materia de Sanidad. Esto es importante decirlo porque nosotros no nos consideramos un sector competidor de las marcas, sino complementario. Por tanto, veríamos muy positivamente que se aplicaran políticas muy concretas y directas para biosimilares, biológicos, innovadores, huérfanos y genéricos, de manera complementaria.
La política farmacéutica de los últimos años ha favorecido que el precio de las marcas se iguale al del genérico. ¿Esto ha afectado al concepto ahorro ligado a los EFG?
Hay que tener en cuenta que el genérico actúa como regulador del precio en el mercado. Es decir, no solo produce ahorro por sí mismo, sino que induce a que las marcas bajen su precio, porque, de motu proprio, ninguna marca lo bajaría. Por tanto, los EFG aseguran que vamos a tener unas mejores condiciones en el medio y largo plazo en cuanto al ahorro. Sin embargo, las medidas legislativas en cuanto a fijación de precios no han ido por este camino. Es cierto que ahora mismo no hay ninguna normativa específica que apoye el desarrollo del genérico, cuando este debería ser obligado por parte de las administraciones, al menos, hasta alcanzar una media de penetración en la línea de entorno europeo.
Por tanto, ¿habría que impulsar una nueva legislación para potenciar el genérico?
Desde que salió el genérico ha habido una serie de normas para impulsarlo; sin embargo, han ido desapareciendo y actualmente nos encontramos en una situación tan curiosa como que España es el único país europeo donde se obliga por ley a que, desde el minuto uno, el precio de todos los medicamentos se ponga al del genérico. Esto es absurdo conceptualmente hablando y además desmotiva a los laboratorios a seguir invirtiendo en nuevos genéricos, porque su desarrollo no tiene ningún aliciente.
Frente a esta realidad, ¿qué solicitan a las administraciones públicas?
Que implementen medidas o normas donde se permita una diferencia entre el precio de la marca y del genérico, por ejemplo, que cuando este último salga al mercado, pase un tiempo razonable, al menos un año, hasta que se formen los conjuntos de precios de referencia, que obligan a las marcas a ponerse a precio del genérico.
¿Qué otras medidas reclaman para desestancar al genérico?
Por un lado, que la prescripción de productos fuera de patente se haga por principio activo, que es una medida recogida por la legislación europea y la española. Esto ayuda al desarrollo del genérico, por asociación. Creemos que, con este sistema, el poder de decisión sobre la receta está en el médico, aunque también es cierto que es elección del farmacéutico dispensar el producto que considere de acuerdo a la prescripción realizada por el médico. Quien gana con la prescripción por principio activo es el paciente.
¿Por qué?
En primer lugar, porque le resulta muy fácil identificar el medicamento que está tomando y conoce su utilidad. Suele memorizar el principio activo, no la marca. Además, la prescripción por principio activo es importante porque tiene libertad de elección, asesorado por el farmacéutico.
¿Cada realidad autonómica es diferente respecto a la presencia del genérico?
Efectivamente. Otra de nuestras reclamaciones es que las medidas estatales se implanten a la misma velocidad e intensidad en las distintas comunidades autónomas. La prescripción por principio activo en cada una de ellas es desigual, de modo que hay una diferencia de penetración. En unas, como Andalucía o Castilla y León, es más alta, sin embargo, en otras, como Comunidad Valenciana, Murcia o Cataluña, la presencia es más baja. Una unidad de mercado sería importante para evitar inequidades. Otro ejemplo de esto son las subastas en Andalucía, única Comunidad donde se aplica, desde hace cinco años. Esta medida, aparte de dificultar el acceso del paciente a su medicación en igualdad de condiciones, afecta al sector industrial, porque las compañías han decidido no concurrir a estas subastas, aun perdiendo la opción de acceder a un 20 por ciento del mercado.
Como sector industrial, ¿qué aportación realiza?
El desarrollo de los genéricos como sector industrial es otra de nuestras reivindicaciones. Somos “Marca España” porque estamos muy comprometidos con la inversión en producción. De hecho, de cada diez genéricos que se consumen en España, siete se fabrican aquí. También realizamos una importante aportación en empleo, ya que damos trabajo a más de 9.000 personas de manera directa y 23.000 indirectamente.
El sector de los genéricos, ¿también innova?
La innovación es otro de nuestros compromisos, y a esta actividad dedicamos el 3,5 por ciento de nuestra facturación. Salimos al mercado después de diez años de exclusiva comercialización, en los que ha habido muchos desarrollos tecnológicos que el genérico normalmente incorpora, de modo que damos un producto con valor añadido. También debo destacar que estamos comprometidos con la exportación. Todos estos valores, en definitiva, revelan nuestra aportación al Producto Interior Bruto.
“El médico de Atención Primaria tiene un concepto muy positivo del genérico”
El secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, ha concedido una entrevista a EL MËDICO
Laura Jordán
25 de septiembre 2018. 3:30 pm