Actualmente, el ictus es la primera causa de mortalidad en la mujer y la tercera en el hombre en nuestro país. Esto supone que al año, en España, mueren unas 27.000 personas por esta causa. Pero pese a que se calcula que al menos un 80 por ciento de los casos de ictus se podrían evitar reduciendo el impacto de los factores de riesgo modificables asociados a esta enfermedad, las perspectivas para los próximos años no son nada halagüeñas. Así, desde la Sociedad Española de Neurología, con motivo del Día Mundial del Ictus, auguran que esta cifra se incremente en un 35 por ciento en 2035 debido, en gran parte, al aumento de la esperanza de vida de la población. No solo el número de casos, sino también la mortalidad asociada, ya que también se estima que el número de fallecimientos asociados aumentará en un 39 por ciento en estos próximos 15 años.
Si bien dos de cada tres personas que han padecido un ictus en España tienen más de 65 años, resultan aún más preocupantes aquellos que se dan en personas jóvenes. En palabras de María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, “, el ictus no solo afecta a las personas mayores. En las últimas dos décadas han aumentado un 25 por ciento el número de casos entre personas en edades comprendidas entre los 20 y 64 años y un 0,5 por ciento de los casos se dan en personas menores de 20 años”.
Es por ello que desde la SEN recuerdan la importancia de cuidarse eliminando el consumo de tabaco y alcohol, llevando una dieta adecuada, realizando ejercicio físico, evitando el sedentarismo y la obesidad, o con un tratamiento y seguimiento adecuado de enfermedades como hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, fibrilación auricular u otras enfermedades vasculares.
El impacto de la asistencia sanitaria
Si bien hay una parte de estas cifras que pueden disminuir gracias a la concienciación de la población, es cierto que otra gran parte depende de la mejora de la asistencia sanitaria. En este sentido, la experta recuerda que en los últimos años ha disminuido la mortalidad y también la incidencia de ictus gracias a la prevención, detección precoz y mejora de la atención neurológica especializada con el desarrollo de las Unidades de Ictus.
De esta forma, en España, el coste total medio por paciente que ha sufrido un ictus es de 27.711 € al año, de los que el 67 por ciento corresponderían a costes directos no sanitarios, el 31 por ciento a costes directos sanitarios y el 2 por ciento restante a costes indirectos. El coste total de los nuevos casos de ictus en España supondría cada año 1.989 millones de euros, siendo gran parte de esos gastos asumidos por la familia. Sólo el 10 por ciento de los pacientes con discapacidad por ictus reciben alguna prestación económica.
Por último, la experta reflexiona que pese a todos estos esfuerzos, el aumento de la esperanza de vida y las previsiones de envejecimiento de la población hará que las cifras de afectados vuelvan a aumentar. Ello justifica la necesidad de optimizar la asignación de recursos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes con ictus, para reducir el impacto de esta enfermedad.
El número de ictus y su mortalidad crecerá en más de un 35% para 2035
Al menos un 80% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo
El Médico Interactivo
29 de octubre 2019. 1:47 pm