El perfil medio del paciente con dolor del siglo XXI es una persona más preocupada por el tratamiento que por el diagnóstico. Además, más de un tercio de los adultos acude a internet para autodiagnosticarse. Por tanto, se trata de alguien que llega a la consulta con información y ciertas expectativas, algo que puede ser positivo si encuentra las herramientas de comunicación adecuadas.
La consulta ideal es aquella en la que el médico puede aconsejar a su paciente y ofrecerle las mejores fuentes de información fiable. En muchas ocasiones, no hay tiempo para hacerlo bien, por lo que puede resultar útil facilitarle al paciente sitios de internet fiables, como las webs de las sociedades científicas destinadas a la población, como la Sociedad Española de Reumatología (SER). Otras opciones son las páginas de las asociaciones de pacientes e, incluso, algunos blogs de pacientes.
Los médicos de Atención Primaria prefieren que el paciente esté bien informado y, para ello, cuando pueden, dan charlas a pacientes fuera del consultorio. El paciente empoderado es el paciente informado que sabe a dónde acudir (Urgencias, Primaria, Especializada). En este siglo ha cambiado la relación vertical entre médico y paciente a un vínculo horizontal, lo que puede ser positivo, pero también conlleva aspectos menos buenos. Para el médico es un reto que el paciente con dolor confíe en él.
Respecto a la Rehabilitación, las expertas afirman que el paciente ha cambiado igual que la sociedad, las familias y el sistema sanitario. La asunción de los roles en relación con la discapacidad también ha variado y preguntan mucho por las secuelas que tiene su patología.
Otro gran avance del siglo XXI que ha beneficiado al paciente, y también al profesional sanitario, ha sido el desarrollo de la historia clínica digital, que prácticamente ya ha sustituido a los sobres llenos de informes en papel.
Cómo gestionar la sobreinformación
En el campo del dolor, el acceso a tantos datos parece que favorece la fragilidad del paciente, porque no sabe gestionar la sobreinformación. En muchas ocasiones necesita ordenar y orientar todos los datos que encuentra o recibe. El mejor ejemplo es el relativo a la búsqueda de información de los fármacos, porque lee con atención especial la parte negativa. “Quien no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra”, afirman las expertas del coloquio. El paciente busca los efectos secundarios de su tratamiento, y el médico debe explicarle que se hará un seguimiento de la terapia y se irá ajustando la dosis hasta conseguir la mejor opción.
Los profesionales sanitarios insisten en la necesidad de que el paciente con dolor se responsabilice de su tratamiento y, en general, de su enfermedad. La clave es la adherencia a la hora de tomar el tratamiento, y también debe mantener hábitos de vida saludable. En este sentido, las expertas encuentran diferencias entre el paciente agudo y el paciente crónico complejo, porque cada uno percibe su discapacidad de forma diferente. Incluso cada persona tiene una visión propia de su dolencia y evolución. Cuando el paciente tiene dolor de larga duración, le resulta muy complicado llevar hábitos saludables, practicar ejercicio o reducir su peso.Prefieren recurrir a los fármacos o a la cirugía. En estos casos, los médicos no deben analizar la culpabilidad del paciente, sino realizar educación sanitaria.
La decisión de poner una prótesis
En el ámbito de la Reumatología, el responsable de la cirugía es el traumatólogo, y la decisión final de ponerse una prótesis es del paciente. El médico solo le ofrece las posibilidadesque tiene dentro de la asistencia sanitaria. También es función del cirujano explicar al paciente que debe llegar a la operación con el dolor controlado o la intervención no será útil. En la actualidad, en algunos hospitales se hace rehabilitación prequirúrgica, porque se ha observado que incrementa mucho la recuperación posterior del paciente.
¿Terapias alternativas?
El paciente del s. XXI también suele intentar calmar o reducir su dolor con terapias alternativas; de hecho, es una cuestión que se plantea con frecuencia en la consulta. En este ámbito, la opinión de cada profesional es muy variada: desde la creencia de que algunas terapias milenarias sí pueden funcionar hasta la desconfianza absoluta.
Han participado en la elaboración de este artículo las Dras. Carmen Calahorrano y Almudena Crespo Fresno, ambas especialistas en Rehabilitación; Ana Lafont Ruzafa y Fabiola Alejandra Ojeda, especialistas en Reumatología, y María Vila Royo, médico de Familia y Medicina Comunitaria.Todas ellas de Cataluña.
El paciente con dolor del siglo XXI se preocupa más por el tratamiento que por el diagnóstico
Llega a la consulta con información y ciertas expectativas, algo que puede ser positivo si encuentra las herramientas de comunicación adecuadas
Eva Fariña
13 de mayo 2019. 2:00 pm