¿Qué características tiene el dolor en el paciente con sensibilización central?
Quizás el denominador común es que se trata de un dolor que resulta difícil de explicar en función a las lesiones que encontramos en el paciente o a la gravedad que puedan tener esas lesiones. Es un dolor desproporcionado para el daño que apreciamos, y se trata de una vivencia muy importante para quien lo sufre.
En el caso de los pacientes con sensibilización central, el dolor todavía tiene una variabilidad mayor en cada sujeto, porque cada uno lo vive y percibe de una manera, con la particularidad de que ese dolor es mucho más desproporcionado de lo esperado para las circunstancias en las que se encuentra el paciente.
¿Hay algún signo externo y objetivable por el cual el médico pueda conocer el dolor que tiene el paciente con sensibilización central?
Nos encontramos con un paciente que hace un relato del dolor, y la primera impresión que tenemos es que es un dolor de gran entidad que genera una falta de confort y un impacto en su vida mucho mayor de lo que podríamos esperar, por ejemplo, para una artrosis leve moderada. El paciente nos relata una serie de indicadores, que, si bien son subjetivos, la suma de los mismos nos induce a pensar que ese paciente está desarrollando un fenómeno de sensibilización central. Se trata de un dolor de predominio nocturno, con una intensidad mayor de la esperada y que se acompaña de percepciones extrañas, como una especial sensibilidad al roce. Este dolor es descrito muchas veces con unas características peculiares, como percepciones eléctricas y pinchazos, o la presencia de dolor en unas zonas alejadas de la lesión.
¿De qué herramientas se dispone para hacer el diagnóstico?
El arma fundamental para hacer un buen diagnóstico es la información especialmente llamativa que nos ofrece el paciente durante la exploración física, que sigue siendo, a día de hoy, imprescindible. La suma de todos estos factores nos pone en el camino de un diagnóstico correcto.
¿Cómo afectan la hiperalgesia y la alodinia al paciente con sensibilización central?
Son dos de los signos físicos subjetivables que nos permiten detectar o constatar el dolor de la sensibilización en la exploración física. La hiperalgesia es una percepción de un estímulo que habitualmente describiríamos como doloroso, pero que en estos pacientes es una percepción anormalmente dolorosa. Por ejemplo, si en la exploración le hago al paciente con sensibilización central un pequeño pinchazo con una aguja, describe ese dolor como desproporcionado, un estímulo especialmente doloroso, mucho más allá de la percepción que tendría ese mismo pinchazo en otras localizaciones o en otras circunstancias en ese mismo paciente.
La alodinia es mucho más sugerente en el paciente con sensibilización central, porque es el dolor desencadenado por el roce de las sabanas o de la ropa, y que nosotros en la consulta exploramos con un roce muy suave de un algodón o de una gasa en la zona que el paciente nos describe con dolor. Ese estímulo que en condiciones normales no debería generar dolor, los pacientes con sensibilización central sí que lo describen como un dolor de mucha intensidad.
“El paciente con sensibilización central siente un dolor desproporcionado para el daño que tiene”
Cada paciente con sensibilización central vive y percibe su dolor “de una forma muy peculiar y muy diferente”, según explica Xoán Miguens Vázquez, médico especialista en Rehabilitación y jefe de Servicio del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. La dificultad del diagnóstico es analizado por este especialista, que también coordina el Grupo de Estudio, Trabajo e Investigación del Dolor Crónico en Rehabilitación (GETIDOR) de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF)
Eva Fariña
18 de enero 2019. 1:45 pm