¿Cómo ves la situación actual del sector del autocuidado?
Prometedora, muy prometedora si lo vemos en perspectiva, es decir, desde 2013 hasta el día de hoy el mercado del autocuidado ha estado creciendo en tasas altas, del 6 y el 7 por ciento. Últimamente la aceleración es menor, con crecimientos alrededor del 2 por ciento, pero, visto en perspectiva, es muy positiva. Hay que tener en cuenta que estamos muy unidos –si bien no en todos los segmentos- a la prosperidad del país. En 2013 nos anticipamos a la recuperación que España ha tenido hasta el día de hoy; espero que no anticipemos alguna pequeña crisis, ya que ahora nuestro crecimiento es algo menor. Parece que la economía española se está desacelerando algo, y esto en nosotros tiene un impacto al tratarse de productos que requieren contribución ciudadana. Pero lo veo muy esperanzado. Es un sector que mueve casi 6.000 millones de euros, en crecimiento desde 2013. Yo siempre digo que España, en términos de autocuidado, es un país emergente. Independientemente de que pueda haber años mejores o peores, nuestra perspectiva es que aún hay mucho recorrido para estos productos, porque el ciudadano cada vez se autocuida más.
¿Cuál sería la previsión?
En una situación de una evolución económica normal, no extraordinaria, en los próximos años deberíamos movernos, si bien no en tasas de crecimiento del 6-7 por ciento, que son muy altas, sí en valores de entre el 2 y el 4 por ciento. Por supuesto, si entráramos en una recesión similar a la de 2007, esas cifras se tendrían que revisar.
¿En qué esperáis un mayor crecimiento?
En todo. En medicamentos, la penetración en España está aún bastante por debajo de la media europea. En Europa los medicamentos no sujetos a receta médica alcanzan el 12 por ciento, mientras que en España se sitúan en el 7 por ciento, con lo cual hay campo para crecer, y vendrá de productos de prescripción que, siendo maduros, vayan pasando a ser medicamentos no sujetos a receta médica. Por tanto, en medicamentos aún hay espacio para crecer. En productos sanitarios se va a desarrollar un nuevo reglamento europeo que, aunque a corto plazo va a suponer un sacrificio para las compañías, a la larga será un elemento clarificador, y permitirá que haya un buen ámbito de crecimiento. Estos productos constituyen un grupo esperanzador; contribuyen a la buena calidad de vida de los pacientes y su mayor conocimiento lo permite. Es el caso, por ejemplo, de productos sanitarios de autotest, como los del VIH. Respecto a los complementos alimenticios, cuya penetración en España no es aún extraordinaria, existe espacio de mejora, con lo cual su futuro en cuanto a crecimiento es también prometedor. Los complementos incluidos en anefp y que cumplen con la normativa de la Epsa (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) son muy buenos coadyuvantes, y nuestra población cada vez tiene mayor conciencia y conocimiento de cómo utilizarlos en su vida diaria. En el caso de la cosmética de farmacia, que es básicamente la que nosotros representamos -cosmética salud-tratamiento-, también existe espacio de crecimiento versus al resto de cosmética, más decorativa o de belleza. España es, por tanto, un país emergente en el sector del autocuidado. Hemos recorrido camino, pero aún hay mucho por recorrer.
Y, volviendo la vista atrás...
Si lo vemos hacia atrás, hay segmentos que han sido más dinámicos que otros, como por ejemplo los complementos alimenticios, cuyas tasas de crecimiento han sido casi del doble que en el resto; los medicamentos, productos sanitarios y dermofarmacia han tenido años más dinámicos y otros menos.
Has comentado que España está por debajo de la media europea...
Si nos comparamos con Europa, estamos por debajo de la media, de ahí esa posibilidad de crecimiento en todos nuestros segmentos. Desde la óptica de anefp y desde los productos que son responsabilidad de anefp, comparando nuestra situación con lo que hace el ciudadano europeo medio de los países delanteros como Alemania, Reino Unido, Italia, algunos de Europa del Este (Polonia...), existe camino para conseguir mucha penetración. Por tanto, si nuestras autoridades siguen el ritmo que nuestras empresas necesitan en cuanto a registros y actividad, creo que tenemos recorrido para que aún podamos presentar en bastantes años crecimiento en todos los segmentos.
¿Y si tuvieras que valorar en general la Sanidad española?
La Sanidad de España es un tesoro, porque es universal y el usuario la pone en alta valoración. Tenemos que hacer un esfuerzo para que este tesoro continúe existiendo. Yo me siento orgulloso del modelo sanitario español, incluso con las dificultades que pueda presentar en un futuro. Desde el sector del autocuidado podemos ayudar a que esto que nos parece tan modélico y tan bueno pueda continuar siéndolo. Y tenemos retos, como en las innovaciones que vendrán, que curarán enfermedades ahora impensables que curen, y que lógicamente tendrán un coste elevado por su proceso de investigación y desarrollo. Ahí el autocuidado puede liberar recursos que permitan el acceso universal a todas ellas. Es necesario, por tanto, seguir manteniendo este sistema sanitario tan reconocido y tan querido en nuestro país.
Este año se cumplen 40 años del nacimiento de anefp, ¿cuáles han sido los principales logros?
El primer logro es que exista hoy un sector que se llama autocuidado. En 1978, nuestras ocho compañías pioneras tuvieron la visión de intentar crear un sector nuevo en aquel momento para las especialidades farmacéuticas publicitarias. Hoy somos 82 compañías, y hemos creado un sector con personalidad propia y con unas necesidades propias y distintas a las de cualquier otro sector. Otro logro fue hacer posible llegar nuestros mensajes a la sociedad. No podemos olvidar que el ciudadano es el centro de toda nuestra actividad, y por tanto, conseguimos algo que hasta aquel momento no era posible, comunicarnos directamente con él, a través de la publicidad de los medicamentos de autocuidado, pasando previamente por el famoso CPS (Control Previo Sanitario). Otro logro fue la también famosa “pantalla azul”, que hoy en día cuenta con el reconocimiento de la sociedad como un elemento educativo en salud. Y al cabo de 25 años, conseguimos suprimir el CPS que hemos mencionado anteriormente.
¿Por qué ese cambio en el control publicitario?
Por la propia evolución de la sociedad y del sector de autocuidado. Desde 1978, año en el que nace anefp, el ciudadano español ha ido evolucionando en su actitud frente al cuidado de su salud, quiere implicarse más, responsabilizarse más, se informa, se interesa, tiene un mayor conocimiento, su acceso al médico es diferente, etc. También el sector de autocuidado ha ido evolucionando, llegando a su mayoría de edad. Cuando planteamos al Ministerio de Sanidad la supresión del Control Previo Sanitario tras 25 años de funcionamiento y con una actitud responsable por parte de la industria de autocuidado a lo largo de todos estos años en la presentación de sus campañas publicitarias de medicamentos de autocuidado, el Ministerio de Sanidad lo entendió, comprendió que éramos mayores de edad y que podíamos caminar solos. Y, tras esos 25 años en los que ellos se habían encargado del CPS, les invitamos a participar con nosotros en la certificación de la publicidad, creando así el “Sello anefp”, el conocido sello azul que aparece en la publicidad de medicamentos y de algunos productos sanitarios y que supone un aval de calidad de la publicidad. Tras la firma de un convenio, el trabajo se viene haciendo conjuntamente con el Ministerio de Sanidad, por lo que no es un sistema de autorregulación, sino de corregulación. Este mes de septiembre se han cumplido cinco años desde su creación.
¿Cómo es el proceso?
Anefp supervisa y certifica todos proyectos publicitarios que las compañías presentan y, si es correcta y ajustada a la legalidad, le otorga el Sello anefp. Cada viernes, las compañías presentan sus proyectos publicitarios y el lunes se reúne un grupo de trabajo, en el que participa el Ministerio de Sanidad, para evaluarlos. Durante los cinco años que llevamos haciéndolo, se han otorgado casi 4.000 Sellos anefp. Es una garantía más de un sector que se siente responsable y que quiere hacer llegar la información de manera adecuada, correcta y homogénea. Aunque se trata de un proceso voluntario, mayoritariamente todas las compañías pasan por él. Creo que es un logro de mayoría de edad, de madurez y de responsabilidad de anefp, y es un logro de cara al ciudadano, al aportarle un plus de garantía de que la información que recibe es veraz y correcta. Y, de cara al futuro, otro reto pueden ser los sellos anefp para la publicidad dirigida a profesionales.
¿Mantenéis otro tipo de colaboraciones con la Administración?
Anefp también ha conseguido en estos años, a través del diálogo, poder establecer políticas de switch con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), con lo cual hemos encontrado un buen nivel de colaboración, porque ser rápidos y eficaces en el proceso de registro para nosotros es un elemento importante y fundamental.
¿Qué reivindica anefp en estos momentos?
Nosotros no somos un sector muy reivindicativo. Nuestros productos no se financian con fondos públicos y contribuyen a la sostenibilidad del sistema. Tenemos un buen diálogo con las autoridades; no siempre estamos de acuerdo en todo, pero hay un diálogo leal. Hoy se habla del Pacto por la Sanidad y este no sería completo si no incluye el autocuidado. Actualmente, tenemos una oportunidad con un Real Decreto de publicidad que las autoridades nos han manifestado querer hacer. También está en marcha una guía de publicidad, que incluirá qué criterios aplicar y cómo interpretar la ley al valorar la publicidad tanto a nivel “offline” como “online”, y nos gustaría que estuviera avalada por el Ministerio de Sanidad. Otro deseo es que, al igual que la publicidad de los medicamentos no sujetos a receta médica no tiene que pasar por una censura previa, CPS, tampoco fuera necesaria en los productos sanitarios. Es un tema que está en cada comunidad autónoma. Tal vez sería necesaria una lista amplia de productos sanitarios que, aunque no pueda ser general, sí estuviera uniformada. En cuanto a la receta electrónica, nuestro deseo sería que estuviera implementada en todas las comunidades autónomas, tanto para medicamentos no sujetos a receta médica, como para productos de autocuidado, de lo contrario nunca vamos a tener un plan terapéutico único. En estos momentos se encuentra habilitada en seis CC.AA. en lo que se refiere a medicamentos de autocuidado, si bien es cierto que otras muchas comunidades ya están convencidas de su interés y lo único que tienen que hacer es aplicarlo, pero eso requiere un tiempo. Deseamos también que esa receta electrónica esté también disponible en la Sanidad privada; el médico privado da mucha importancia a los productos de autocuidado y utiliza muchos de ellos. Nos gustaría entrar en iniciativas, ver si podemos introducir algunos conceptos en algún algoritmo que se esté preparando para la receta privada, y estamos hablando con agentes de la Sanidad privada para ver cómo articularlo. Reivindicamos también el valor de la marca. Nuestros productos son conocidos por la marca y, por tanto, todas aquellas normas que refuercen el reconocimiento de la marca son muy importantes para nosotros.
Te has ha referido a la necesidad de que el autocuidado esté en el Pacto por la Sanidad...
Los resultados de distintos estudios, como el elaborado por la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, sobre el valor económico y social del autocuidado, ponen de manifiesto que, cada cinco puntos de crecimiento de los medicamentos no sujetos a receta médica, aporta al sistema económico un ahorro entre coste directo y coste de oportunidad de 3.800 millones de euros en cinco años. Con estos datos se demuestra que el autocuidado tiene valor, y es un valor real. Por eso tenemos que estar en un Pacto por la Sanidad. Aparte de esto, no podemos obviar aspectos como un menor absentismo laboral, menor necesidad de acudir a las consultas de Atención Primaria (AP) a por recetas, etc., pudiéndose dedicar calidad asistencial a aquellas personas que lo necesitan. Si gracias al autocuidado estamos desbloqueando las consultas de Primaria de patologías menores, estamos contribuyendo a la sostenibilidad del sistema.
¿Qué percepción tiene el colectivo médico de todo esto?
Quizá el colectivo médico en el pasado en algunas ocasiones ponía en poco valor lo que era el mundo del autocuidado. Centrándome en Atención Primaria -ya que en los especialistas a veces es distinto y han utilizado muchos productos de autocuidado y los han conocido muy bien-, creo que viene del desconocimiento; al perder el reembolso, el medicamento de autocuidado prácticamente desaparecía de los sistemas de prescripción, desaparecía de su mente y desaparecía de los algoritmos. Esto se convierte en un problema, porque llega un momento en que nuestros productos pueden no tener ya un equivalente terapéutico reembolsable, con lo cual son productos muy necesarios. Para lograr un plan terapéutico completo y eficaz, puede hacer falta complementarlo con productos de autocuidado. Pero creo que esto cambia con la desfinanciación de 2012 y hace reaccionar al médico y ver que hay una serie de productos muy necesarios para su arsenal terapéutico. Hemos comprobado cómo productos que fueron desfinanciados, con el tiempo han continuando estando en los sistemas de receta electrónica y, por tanto, los ha continuado utilizando.
¿El médico conoce estos productos tanto como debiera?
Creo que hace falta reivindicar la formación del médico en estos productos y su reconocimiento en aras a que el paciente logre la máxima calidad y atención, en aras de tratamiento y de adherencia; son productos que muchas veces ayudan a una mejor adherencia. Por tanto, tenemos que hacer un esfuerzo ambas partes, el sector y la clase médica, sobre todo de AP, por intercambiar formación e información para que el profesional obtenga una información de calidad y pueda introducir de nuevo los productos de autocuidado en su arsenal terapéutico.
Recientemente habéis firmado un acuerdo de colaboración con la SEMG. ¿En qué consiste? ¿Qué pasos tenéis programados?
Vamos a empezar por la parte formativa y, por tanto, estamos intentando diseñar programas... La idea es, sobre todo, formar al médico en los productos principales de Primaria. Estamos intentando identificar dónde está más implicado el autocuidado en las patologías que trata AP y diseñar planes de formación ad hoc. Los médicos son los que más saben de formación y nosotros de autocuidado. La SEMG ha mostrado una sensibilidad hacia el autocuidado muy alta y gran predisposición. Todo esto está empezando a caminar y está evolucionando de una manera muy efectiva. Valoro muy positivamente la manera en la que SEMG y anefp están trabajando.
¿Será este el trampolín para que los medicamentos de autocuidado terminen de calar en el primer nivel asistencial?
Hemos comenzado con este acuerdo con la SEMG, lo cual no significa que en otras asociaciones de Primaria no exista también interés hacia el autocuidado y en el futuro no podamos firmar acuerdos también con ellas. Queremos que sean lo más amplios posibles.
Extremadura fue la primera CC. AA. en incluir los medicamentos de autocuidado en su sistema de prescripción electrónica, y tras ella otras cinco comunidades (Cataluña, Castilla y León, Canarias, Galicia y Comunidad Valenciana). ¿Cómo está siendo el proceso? ¿Y los resultados?
En Cataluña, por ejemplo, casi un 3% de las prescripciones son de medicamentos no sujetos a receta médica. Nosotros batallamos para que todos los medicamentos no sujetos a receta médica estén en el sistema de prescripción, pero también, a ser posible, los productos de autocuidado; estos suponen en la actualidad unas 75.000 referencias, tal vez muchos, pero debemos ser capaces al menos de conocer de todos ellos cuáles son los productos de autocuidado que el médico utiliza más en su arsenal terapéutico. Desde anefp, lógicamente, decimos que estén todos, y después que el médico seleccione los que necesite, pero hay CC.AA. que la consideran una cifra elevada y sugieren crear una base de datos de esos productos. En este sentido, nuestra asociación estaría dispuesta a ayudar en el proceso, tanto a nivel formativo como en lo referente a la base de datos. Tenemos 17 modelos autonómicos con diferentes sistemas de prescripción y es complicado. En la parte referida a medicamentos no hay discusión; estamos trabajando en ello y creo que a finales de 2019 una gran mayoría de esas comunidades deberían contar con los medicamentos no sujetos a receta médica en sus sistemas, y, por tanto, disponibles. En productos de autocuidado va a ser un poco más lento. Pero hay que trabajarlo igual, porque contribuyen de igual forma a la calidad de vida, tratamiento y adherencia del paciente.
¿Qué otras iniciativas desarrolla la asociación?
Nos gustaría que el ciudadano conociera también el valor del “Sello anefp” en la publicidad, para que sea un identificador, un amigo de confianza, que cuando lo vea sepa que lo que está viendo y le están diciendo es verdad. Nos preocupa mucho la educación del ciudadano y queremos llegar a capas jóvenes de la sociedad, en las que la conciencia del autocuidado es muy baja o nula, ya que en general gozan de buena salud. Creemos en la necesidad de comenzar a autocuidarse en edades muy tempranas. En este sentido, estamos también trabajando en el ámbito de las nuevas tecnologías de comunicación y educación, y uno de los futuros proyectos, aún en desarrollo, será un videojuego que desearíamos presentar en los centros educativos, y en el que nos gustaría contar con la colaboración de Salud Pública, del Ministerio de Sanidad y de las Comunidades Autónomas. También ponemos en valor el sector de la Enfermería, un importante target para el futuro del autocuidado; sin olvidar al farmacéutico. Las ventas en autocuidado suponen el 30 por ciento del total de las oficinas de farmacia, y en algunas hasta el 60 y el 70 por ciento.
El Pacto por la Sanidad no estaría completo si no incluye el autocuidado
El director general de anefp, Jaume Pey, ha concedido una entrevista a El Médico
Isabel Sánchez Aguiar
29 de octubre 2018. 11:30 am