El 10 de septiembre es un día mundialmente reconocido por concientizar para prevenir el suicidio. En este sentido, el doctor Aldo Suárez, psiquiatra y maestro en Ciencias Médicas por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México y expresidente de la
Asociación Psiquiátrica Mexicana, hace un llamado para tomar en cuenta la susceptibilidad del personal médico con trastornos depresivos y suicidio.
Desde la pandemia hubo indicadores de estrés que aumentaron un 25 % la prevalencia de otros trastornos o padecimientos mentales, tanto en la población general como en los médicos que se vieron obligados a separarse de sus familias por lapsos prolongados, lo que afecta las esferas emocional-físico-cognitivo.
Este fenómeno ha impulsado que en la actualidad se retome la importancia en el cuidado de la salud mental como nunca antes, por lo cual hoy buscamos que los médicos también puedan aprender a cuidar de sí mismos para poder cuidar también de los demás.
Prevalencia en trastornos depresivos
La Organización Mundial de la Salud (OMS), definen al suicidio como el acto deliberado de acabar con la propia vida. Reconocen que el suicidio es un problema grave de salud pública que afecta a individuos, comunidades y sociedades en todo el mundo.
De acuerdo con el Dr. Suárez, se estima que hay 700 mil muertes por suicidio cada año relacionadas con trastornos depresivos que se calcula 322 millones de personas que la padecen a nivel mundial, padecimiento considerado como la alteración más frecuente del estado de ánimo, con predominio en el sexo femenino, y con un mayor pico entre los 18 y 44 años.
En estos pacientes se puede identificar un estado de anhedonia y falta de placer ante los estímulos de la vida, falta de apetito sexual, problemas de memoria, entre otros. El diagnóstico se debe ser realizado a través de estrictos cuestionarios que deben ser aplicados por un médico psiquiatra o incluso psicólogos con cierto entrenamiento.
Investigaciones internacionales estiman que la prevalencia de depresión oscila entre 27 y 29%, entre estudiantes de medicina y residente respectivamente, pero puede ser tan alta como del 60% entre médicos en ejercicio de su profesión.
Trabajar contra el estigma de la Salud Mental y el suicidio
Una de las primeras tareas en las que se debe trabajar es el estigma de la salud mental desde la forma en la que la población y los médicos hacen referencia a los pacientes, en la cual se deben utilizar los términos: persona con depresión, persona con trastorno de la conducta alimentaria, persona con esquizofrenia, entre otros.
En el caso del suicidio, la Secretaría de Salud pone al alcance de toda la población un
Manual para el Manejo del Suicidio en Medios e Internet, pues de tener un mal manejo puede observarse el Efecto Werther, el cual plantea una especie de “contagio” por comentarios que lo hagan ver como un acto de “valentía”; en cambio en el Efecto Papageno se observa una transmisión de información que invita a las personas a buscar ayuda y poner ejemplos de aquellos que han superado alguna crisis suicida.
¿Cómo prevenir estas conductas?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la prevención del suicidio es una labor compleja, que requiere la suma de esfuerzos de manera conjunta entre los medios de comunicación y profesionales de la salud para obtener información objetiva, que sensibilice a aquellos que se encuentra en riesgo.
Dentro del entorno médico, se recomienda que desde las escuelas se apliquen programas de intervención temprana dirigidos a la salud mental para disminuir los síntomas depresivos e
ideas suicidas.
Finalmente, si usted necesita atención psicológica relacionada con temas de depresión y salud mental, puede comunicarse a la Línea de Vida en el teléfono 800 911 2000 o bien puedes enviar un mensaje al 55 7211 2009, un centro de atención ciudadana especializado y habilitado las 24 horas, los 365 días del año.