El sobrepeso multifactorial no tiene un factor genético determinante

Las cifras de la ENSANUT 2016 demuestran que el 70 por ciento de los mexicanos sufre sobrepeso y una tercera parte de las personas tiene obesidad. La diferencia entre sobrepeso y obesidad la encontramos en la relación de la talla y el peso, es decir, en el Índice de Masa Corporal, si esta relación sobrepasa un estándar de 25 se considera obesidad, comentó el doctor Leonardo Flores Lagunes, médico especialista del Laboratorio de Diagnóstico Genómico del Instituto Mexicano de Genómica (INMEGEN) para El Médico Interactivo México. ¿Cómo se define el sobrepeso y la obesidad? La obesidad se define por el consumo excesivo de alimentos calóricos, es decir, energía que se quedará acumulada en el hígado o en músculo en forma de glucógeno o en grasa en la zona de abdomen, la cintura y cavidades abdominal y torácica, lo que incrementa la masa corporal. ¿Cuál es el panorama mexicano de este padecimiento? Se puede decir que 7 de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso, por lo cual este padecimiento se considera una epidemia, no solo en nuestro país, sino en el mundo, lo que causa un problema más preocupante debido a las patologías en las que la obesidad puede ser un factor de riesgo como son las enfermedades cardiovasculares, diabetes, alteraciones musculares, óseas y articulares. Desde 2002 se tiene evidencia de que la obesidad aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cánceres como son de tiroides, páncreas, esófago, vesícula biliar, colon, melanoma múltiple, riñón, endometrio, meningioma, de mama, etcétera y aunque no es una causal directa, es debido tenerlo en la mira de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología. ¿Hay alguna relación entre la genética y el sobrepeso? En México no hay una evidencia científica concluyente de algún factor genético que esté asociado con la prevalencia en la obesidad multifactorial, ya que los genes no pueden cambiar de una generación a otra, pues en México se estima una prevalencia de más del 70 por ciento, en Latinoamérica mayor del 50 por ciento y en la media global se registra en un 34 por ciento sin rastro de una mutación o cambio genético. ¿Cómo se explicaría el aumento de personas con sobrepeso y obesidad en el país? En México esta epidemia está más relacionada con factores ambientales como la dieta cotidiana que suele ser hipercalórica cuyo consumo es facilitado por los accesibles precios del mercado en comparación con los productos que se relacionan con una dieta más saludable, lo que provoca que las personas consuman mucho más calorías de las que gastan en su rutina. ¿Qué casos tienen una relación entre la genética y la obesidad? En menos del 1 por ciento de los casos la obesidad está relacionada con una causa genética o un síndrome, estos se desarrollan en etapas tempranas del desarrollo como la infancia o adolescencia, por ejemplo, si se observa una obesidad considerable y problemas de la vista se puede sospechar de una retinosis pigmentaria. Es importante que en este tipo de casos los padres acudan a un asesoramiento genético para determinar cuál es la probabilidad de la pareja de concebir a otro bebé con el mismo padecimiento. Hay un listado de síndromes que pueden estar relacionados con la obesidad, como son el síndrome de Bardet-Biedl, de Alstroms, Cohen, Prader-Willi, X Fragil y diversa mutaciones en los genes de receptor de leptina, y de melanocortina, para los cuales se solicitan pruebas de secuenciación y de pérdida o ganancia de material genético, después, dependiendo de la alteración, se hacen otros estudios para confirmar diagnóstico. ¿Cuál debe ser la labor del médico? La labor del médico debe ser identificar los factores ambientales que incrementan la posibilidad de sufrir sobrepeso y obesidad para educar e informar al paciente de las complicaciones que éste padecimiento puede provocar. ¿Cuál es el mayor impacto que tiene la obesidad en el país? Probablemente sea el impacto económico. Se estima que en 2008 México hizo un gasto de 550 millones de dólares por pacientes con obesidad y sus comorbilidades o complicaciones y en el 2017 se ha registrado un gasto de 12.500 millones de dólares, lo que refleja que los esfuerzos por controlar esta epidemia necesitan ser mejorados, enfocarse en educar en salud e informar sobre las consecuencias de una dieta altamente calórica. Se debe incentivar a la actividad física, adecuar espacios y dedicar tiempo a un estilo de vida saludable.