Al igual que ha ocurrido con otras infecciones, como en el caso del ébola, el suero de las personas que han sobrevivido al COVID-19 puede resultar de utilidad para tratar a los nuevos infectados. En 2014, la religiosa Paciencia Melgar, superviviente del ébola, participó en un ensayo para ver la efectividad de su suero para tratar la infección.
Con esta misma tesis está trabajando Arturo Casadevall, inmunólogo de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, en Baltimore. En un estudio que se publica en The Journal of Clinical Investigation, se muestran los trabajos que está llevando a cabo el grupo de Casadevall con anticuerpos del plasma sanguíneo de personas que se han recuperado de la infección por COVID-19 con el objetivo de aumentar la inmunidad de los pacientes recién infectados y aquellos en riesgo de contraer la enfermedad. Parece ser que estos anticuerpos tienen la capacidad de unirse y neutralizar el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19.
Según Casadevall, se trata de un procedimiento que no requiere investigación o desarrollo, por lo que se podría implementar en un par de semanas, ya que solo se necesita almacenar la sangre de los supervivientes a la infección.
Recoger la sangre
Tal y como detallan desde la Facultad de Medicina Johns Hopkins, habría que recoger la sangre de los que ya han pasado la infección y procesarla para luego inyectarla en pacientes con infección por COVID-19 o en sujetos en alto riesgo. El procesamiento de dichas unidades de sangre es similar al que se lleva a cabo a la hora de conservar la sangre procedente de la donación.
De hecho, este procedimiento ya se ha llevado a cabo en Shanghai donde se ha utilizado plasma de pacientes infectados con el COVID-19 que han superado la infección y los resultados preliminares abren una puerta a la esperanza.
Primeros trabajos
Por su parte, Takeda Pharmaceutical ha anunciado que está trabajando en esta línea. Para ello, han desarrollado una globulina hiperinmune policlonal (H-IG) anti-SARS-CoV-2 para tratar a las personas de alto riesgo con COVID-19. La globulina hiperinmune, a la que han bautizado con TAK-888, es una terapia derivada del plasma que previamente se ha demostrado que es efectiva en el tratamiento de infecciones respiratorias virales agudas graves y podría ser una opción de tratamiento para pacientes con COVID-19. Para desarrollar TAK-888, hay que tener acceso a la fuente de plasma de las personas que se han recuperado con éxito de COVID-19.
Infección en niños
Por otra parte, un estudio que se publica en The Pediatric Infectious Disease Journal indica que los niños infectados por COVID-19 tienen menos síntomas y menos graves; eso sí, su papel como transmisores continua siendo incierto. Los autores del trabajo, Petra Zimmerman, de la Universidad de Friburgo, en Suiza, y Nigel Curtis, de la Universidad de Melbourne, en Australia, han revisado los datos disponibles de COVID-19 en niños.
Según los datos de China, los niños y adolescentes representaron solo el 2 por ciento de las hospitalizaciones por SARS-CoV-2. Sin embargo, como la infección es menos frecuente en población infantil, con menos síntomas y con síntomas menos graves, el número real de niños infectados puede ser mayor.
No obstante, se ha visto que la mayoría de los niños infectados se recuperan una o dos semanas después del inicio de los síntomas y en febrero de 2020 no se han reportado muertes infantiles. De hecho, la mayoría de las infecciones reportadas con SARS-CoV-2 han ocurrido en niños con un contacto familiar documentado y los niños con COVID-19 parece ser que son más propensos a desarrollar síntomas gastrointestinales.
El suero de los supervivientes de COVID-19 puede ayudar a tratar a otros infectados
Los anticuerpos de las personas que han superado la infección por COVID-19 pueden ser de utilidad para reforzar la inmunidad de nuevos afectados o de personas que tienen alto riesgo de contraer la infección.
Clara Simón
16 de marzo 2020. 12:51 pm