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El coronavirus ha marcado la actividad sanitaria en el último año, incluida la atención mental. Un artículo realizado por diversos profesionales internacionales, y publicado en The Journal of Clinical Psychiatry, ha analizado el suicidio “como una causa desatendida de muerte prematura”. Según los autores, la COVID-19 ha acaparado la atención de la investigación biomédica y de los medios de comunicación. Mientras tanto, se ha descuidado el intento de quitarse la vida. Uno de los autores del artículo ‘If Suicide Were COVID-19: A Neglected Cause of Premature Death’ ha sido Enrique Baca-García, jefe de Servicio de Psiquiatría del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), así como de los hospitales universitarios Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba. “La COVID-19 es uno de los mayores retos sanitarios a los que nos hemos enfrentado, pero el suicidio también requiere de una atención sostenida y esforzada de la que España sigue adoleciendo”, ha dicho. “El aislamiento social y las consecuencias económicas de la pandemia” pueden ser causas de un incremento de los casos de suicidio, según Baca-García. Además, “la atención sanitaria mental presencial se ha visto obstaculizada o interrumpida, lo que ha agravado aún más la situación de los pacientes psiquiátricos”.