El 5 de mayo se celebra el
Día mundial del cáncer de vejiga y desde el Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG) recuerdan que cada año, se diagnostican en España unos 21.000 nuevos casos. No obstante, el cáncer de vejiga se considera el quinto de mayor incidencia y provoca anualmente 5.000 muertes. Sin embargo, sigue habiendo muchas cuestiones desconocidas en torno al mismo, como que el tabaco es su principal factor de riesgo.
Precisamente, el
tabaco contiene más de 50 carcinógenos que, al contactar con la mucosa de la vejiga del fumador durante su eliminación por la orina, incrementan el r
iesgo de desarrollar este tumor. “El riesgo es mayor cuanto más tiempo se haya fumado y cuantos más cigarrillos se hayan consumido”, apostilla la presidenta del SOGUG Aránzazu González del Alba
Asimismo, existen carcinógenos industriales como los tintes, pinturas, caucho, metales y algunos plásticos que contienen sustancias químicas que pueden generar un mayor riesgo de cáncer de vejiga. Se calcula que un 20 por ciento de estos tumores pueden estar relacionados con la
exposición a carcinógenos químicos en el ámbito laboral.
Cáncer de vejiga
La incidencia del cáncer de vejiga aumenta con la edad, situándose en los
69 años la edad media de los pacientes. Además, es hasta cuatro veces más frecuente en los hombres que en las mujeres.
Otro de los problemas es que los
síntomas son similares a los de una infección urinaria: necesidad de orinar más frecuentemente, con molestias y menos cantidad, y hematuria (sangre en la orina). En el caso de las mujeres, debido a su alta predisposición a padecer infecciones de orina, no se suele sospechar que la sintomatología urinaria con sangrado persistente puede ser un cáncer de vejiga.
Respecto al tratamiento, la presidenta de SOGUG destaca la
eficacia de la inmunoterapia en los pacientes con cáncer de vejiga y metástasis porque está logrando que, en los casos en los que se consigue una buena respuesta, se pueden alcanzar largas supervivencias.
Asimismo, se han identificado diversas
dianas moleculares que han permitido el desarrollo de nuevos tratamientos. De esta forma, ya es posible mejorar la expectativa y calidad de vida de los pacientes. Estos avances han sido gracias a la investigación que en los últimos años se está llevando a cabo y en la que la oncología española juega un papel “fundamental”.