¿Qué perspectivas tienen este año los especialistas respecto a las alergias primaverales?
Cada vez es más frecuente que los alérgicos lo sean a varios pólenes a la vez. Suelen presentar síntomas en diferentes épocas del año, y no solamente en primavera. Como consecuencia, los alérgicos tienen síntomas desde enero a marzo por las cupresáceas; en marzo y abril, por el plátano de sombra; en mayo y junio, por las gramíneas y el olivo. Si además, es alérgico a las amarantáceas, como la salsola, presenta los síntomas durante la primavera y el verano, como los que son alérgicos a la parietaria, de la familia de las urticáceas. La palmera y el abedul dan molestias en primavera.
¿De qué depende la severidad de los síntomas?
Las concentraciones de pólenes que se producen a lo largo del año dependen de múltiples factores meteorológicos, como las lluvias, las temperaturas, el viento y la humedad. Se ha demostrado que los pólenes de gramíneas aumentan cuando se produce un aumento de las precipitaciones durante los meses de otoño e invierno; sin embargo, afectan en menor medida otros pólenes, como los de árboles.
¿Qué consecuencias han tenido las bajas temperaturas sufridas en enero?
Las intensas nevadas que se han producido en la zona centro peninsular a raíz de la borrasca Filomena en Aragón, Castilla-León, Madrid y Castilla-La Mancha, con el deshielo han favorecido el acumulo de agua en la superficie terrestre. Esto va a ocasionar un mayor desarrollo de todas las plantas y, en consecuencia, el aumento en los niveles de pólenes, incluidos los desencadenantes de problemas alérgicos.
¿Cómo ha sido el invierno?
Este invierno ha sido muy frío durante el mes de enero, y esto favorecerá el enraizamiento de las gramíneas salvajes. Desarrollarán raíces más profundas que ocasionarán un crecimiento más vigoroso y, por tanto, más pólenes de gramíneas. Los agricultores saben que los años de nevadas son buenos años para la cosecha de cereales, de ahí el refrán ‘Año de nieves, año de bienes’.
Además, se ha producido el deshielo
La superficie de la tierra se ha mojado con el deshielo, lo que puede ocasionar un elevado desarrollo de las gramíneas salvajes, y, como consecuencia, un elevado número de pólenes de gramíneas esta primavera. No obstante, habrá que esperar y ver lo que ocurre en los próximos meses, ya que podrían cambiar las previsiones si no lloviera posteriormente.
¿Qué consecuencias tendría una primavera lluviosa?
Si lloviera intensamente durante los meses de primavera, limpiaría la atmósfera de pólenes de gramíneas. Y si hiciera mucho calor, secaría las gramíneas, con lo que también disminuirían sus pólenes.
¿En qué zonas hay más peligro?
Las concentraciones más elevadas de pólenes de gramíneas se producen en la España central, como en Extremadura, Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Madrid. Precisamente, la borrasca Filomena ha afectado a todas estas comunidades autónomas, salvo Extremadura, pero esta comunidad es la que tiene habitualmente los valores más elevados de gramíneas en España. Por tanto, las comunidades autónomas que tendrán valores más elevados de pólenes de gramíneas esta primavera serán Extremadura, Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Madrid.
¿Qué previsiones hay respecto al resto de pólenes?
Pueden producir problemas
alérgicos el plátano de sombra, el olivo, el abedul y las cupresáceas (ciprés y arizónica), debido al deshielo. Por tanto, podría haber niveles elevados de pólenes. Por otro lado, el impacto de la borrasca Filomena ha producido la caída de árboles y la rotura de ramas, lo que disminuirá la producción de pólenes por estos árboles.
¿Y cuáles serán las consecuencias del frío en la polinización?
El temporal Filomena y las bajas temperaturas registradas en enero han producido una disminución de la actividad de todas las plantas, entre ellas las cupresáceas, con lo que se ha retrasado el inicio de su polinización. Un ejemplo del retraso en la floración de las plantas lo tenemos en que este año los almendros han florecido a mediados de febrero.
¿Qué daños ha provocado la nevada en las plantas y árboles?
El plátano de sombra es muy abundante en las calles y parques de las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valladolid. Muchas de estas ciudades se han visto afectadas por la borrasca Filomena y por los intensos vendavales del mes de enero, lo que puede reducir los niveles de pólenes por la caída de árboles y rotura de ramas.
¿Y qué otras consecuencias ha dejado la tormenta Filomena?
Muchas zonas de olivar en Castilla-La Mancha se han visto afectadas por la borrasca Filomena antes de que se pudiera terminar la recogida de aceituna. Han disminuido las buenas previsiones que se esperaban para esta campaña. Además, afectará a la cosecha de aceituna del año próximo por la rotura de ramas de olivo.
¿Se ha comprobado un descenso de los problemas alérgicos por pólenes durante la pandemia?
El otoño e invierno pasados fueron cálidos y con temperaturas por encima de la media. Incluso fueron más lluviosos de lo habitual, lo cual favoreció el desarrollo de las gramíneas. En consecuencia, se ha producido un aumento de las concentraciones de sus pólenes durante la primavera del año 2020, sobre todo en Extremadura, norte de Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla-León. Además, en las mismas fechas se sumó la polinización del olivo, que tuvo mucha trascendencia en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha
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Como consecuencia de la COVID-19, se produjo una interrupción en las labores de mantenimiento de parques y jardines por parte de los ayuntamientos. Esto ha ocasionado un aumento de las gramíneas, que ha contribuido a aumentar los niveles de pólenes.