En las últimas actualizaciones en
enfermedades cardiovaculares se recomienda iniciar de forma inmediata el tratamiento con
estatinas a dosis altas en pacientes con
síndrome coronario agudo, ya que mientras más rápido se inicie el tratamiento menor riesgo de un nuevo evento cardiovascular, independientemente de la edad del paciente.
El tratamiento se debe iniciar lo antes posible, incluso en el evento agudo, de cara a la estabilización de la placa y reducir los niveles de colesterol precozmente.
El
síndrome coronario es el paradigma de la enfermedad aterosclerótica cardiaca y conlleva síntomas como inflamación, espasmo, agregación, trombosis y posterior fibrosis, que suelen coincidir en la enfermedad aterosclerótica.
Se ha visto que los fármacos diseñados para reducir el
colesterol circulante resultan clave en la estabilización del proceso.
Evidencia científica
Existen multitud de estudios que demuestran que el
tratamiento hipolipemiante con
estatinas evita la progresión de la enfermedad hacia el episodio agudo, lo cual tiene sentido, ya que el
colesterol participa en la formación de las placas.
Existen cada vez más evidencias de que el paciente debe recibirlas lo más precozmente posible, justo en el momento que se diagnostica el proceso, incluso antes del intervencionismo. Se deben administrar a dosis altas y las más potentes. Así, la combinación
rosuvastatina con
ezetimiba es la más indicada en pacientes de
alto riesgo y
muy alto riesgo como inicio, independientemente del nivel de
colesterol.
La decisión sobre qué dosis de
estatina se debe utilizar debe basarse en resultados orientados a la situación del paciente. En aquellos casos en los que no se logra el objetivo se debe utilizar la combinación de
estatinas de alta potencia con
ezetimibe, que tiene un nivel de eficacia superior demostrado. Y en caso de no lograrlo se puede recurrir a añadir los IPCSK9.
Indicaciones
Una de las principales condiciones para iniciar tratamiento en ACV es descartar su origen isquémico o hemorrágico, puesto que aunque sea en menor porcentaje, menos 8%, hay que tener en cuenta el efecto que causan las
estatinas tras bloquear la acción trombogénica.
Las
estatinas son capaces de reducir hasta un 50% las cifras del LDL y pueden combinarse con otros
hipolipemiantes. Cuando las
estatinas a la dosis más alta toleradas no logran los objetivos terapéuticos se recomienda la combinación con
ezetimiba.
Las evidencias demuestran que el cLDL es un factor causal y que cuanto más bajo mejor. Además, cuanto antes se consiga, mucho mejor.
Estilo de vida
De hecho, las nuevas guías remarcan la necesidad de
pautas preventivas, centradas sobre todo en
hábitos de vida. Está demostrado que la dieta mediterránea, así como abandonar el tabaco o realizar ejercicio regularmente puede ayudar a lograr los objetivos sobre todo al principio de la enfermedad arterial periférica, lo cual se asocia con una menor incidencia de
eventos cardiovasculares.
La dosis de
estatina adecuada es necesaria para conseguir cLDL por debajo de 55mg/dl. Las
estatinas a dosis más altas o las
estatinas más potentes reducen de forma más intensa los niveles de lípidos, por eso se deben utilizar
estatinas de alta potencia a la dosis más alta tolerada, como
atorvastatina 80mg o
rosuvastatina 20mg.
Inicio del tratamiento
La decisión de iniciar el
tratamiento con estatinas debe realizarse después de haber informado y comentado al paciente los riesgos y beneficios del tratamiento teniendo en cuenta otros aspectos como la comorbilidad y la expectativa de vida.
El tratamiento temprano con
estatinas en el síndrome coronario agudo es seguro, y se ha comprobado que si se inicia durante los 14 días posteriores al SCA reduce significativamente la aparición de angina inestable y de procedimientos de revascularización a los 4 y a los 12 meses.
No obstante, no se ha registrado una reducción significativa de muerte, infarto de miocardio, ni el accidente cerebrovascular hasta los 4 meses después del evento. Su efectividad en la reducción de los episodios de angina inestable justifica ampliamente la recomendación, ya que se ha demostrado que es un tratamiento seguro.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Mar Campillo Gallego, Vladimir Herrero Tarruella, Ángel Brazales Marcos, Pedro Vélez Guerra y María Pérez Pérez, y el endocrinólogo Francisco José Rodríguez Selles, de Alicante; los cardiólogos German Merchan Ortega, Carmen Corona Barrio, Francisco Torres Calvo, Juan Ramón Siles Rubio, Antonio Aurelio Rojas Sánchez y el médico de Atención Primaria Carlos Martín Nicas, de Málaga, y Carlota Fátima Pérez Crespo, Daniel García Moreno, Dionisio Marcos Fernández, Rafael Zavaleta Lázaro, Fernando Rodríguez Mielgo y Sara Juanet Natividad, de León.