Un nuevo documento recuerda la importancia de una técnica que permite ganar el tiempo necesario para recabar información del paciente, así como reducir los riesgos.
30 de octubre 2020. 1:57 pm
El uso de ventilación mecánica no invasiva reduce el riesgo de intubación, la estancia hospitalaria y la mortalidad respecto al tratamiento médico estándar. Así se pone de manifiesto en el nuevo documento sobre la utilización de la ventilación no invasiva y terapia de alto flujo…
El uso de ventilación mecánica no invasiva
reduce el riesgo de intubación, la estancia hospitalaria y la mortalidad respecto al tratamiento médico estándar. Así se pone de manifiesto en el
nuevo documento sobre la utilización de la ventilación no invasiva y terapia de alto flujo con cánulas nasales. En concreto, en el enfermo adulto, pediátrico y neonatal con insuficiencia respiratoria aguda grave.
Se trata de
un documento elaborado por 26 autores y avalado por los Comités Científicos de las Sociedades Médicas. El objetivo del mismo es recordar la importancia de una técnica que permite ganar el tiempo necesario para recabar información del paciente, así como reducir los riesgos.
Para un uso adecuado, es necesario
establecer pautas homogéneas de acción. Según el documento, es muy importante la estratificación del riesgo y la gradación de los cuidados en cuanto al diagnóstico, el pronóstico, la situación basal. Incluso la adecuación del esfuerzo terapéutico, lo que permitiría una identificación precoz del fracaso de la técnica.
Recomendaciones en ventilación mecánica no invasiva
Para ello, el documento analiza
diferentes perfiles de enfermo. Así, indica cómo
actuar mediante un abordaje multidisciplinar. Igualmente, establece un acuerdo acerca de la idoneidad o no de llevar a cabo las técnicas de ventilación mecánica no invasiva y terapia de alto flujo.
El documento recomienda una prueba de ventilación mecánica no invasiva
en pacientes adultos con neumonía y comorbilidad cardiorrespiratoria. Por otra parte, desaconsejan la terapia de alto flujo con cánulas nasales en pacientes UCI pediátricos por broncoespasmo. También la prueba de VMNI en enfermos adultos con síndrome de distrés respiratorio e insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica grave. Estos son solo tres ejemplos de los más de
50 perfiles descritos por los especialistas.
Las recomendaciones recogidas reflejan por primera vez el grado de
acuerdo entre las principales sociedades científicas. No solo proporcionan una herramienta de trabajo, también permiten disminuir la variabilidad clínica en la asistencia de estos enfermos.