El uso masivo de datos está cambiando la forma de trabajar en muchos sectores, y el sector farma no es una excepción. En concreto, cada vez se ha extendido más el uso secundario de datos sanitarios. En este entorno, se sitúan los datos en vida real (RWD, por las siglas en inglés de real world data). La agencia del medicamento estadounidense (FDA) los define como los datos referidos al estado de salud de los pacientes y/o a la prestación de servicios sanitarios que se recopilan de forma rutinaria a partir de una variedad de fuentes. Asimismo, la evidencia en vida real (RWE, por las siglas en inglés de real world evidence) es el conocimiento derivado del análisis o síntesis de los RWD. Ambos conceptos se engloban dentro del llamado big data. Es decir, la utilización y análisis de grandes cantidades de datos para la toma de decisiones.
Actualmente, esta evidencia en vida real ya se está generando. La misma resulta útil para diversas cuestiones, como entender mejor la epidemiología de algunas enfermedades, su progresión o su impacto en pacientes y en sistemas sanitarios. Igualmente, para monitorizar la efectividad, tolerancia o adherencia de nuevos fármacos y mejorar la efectividad de los nuevos tratamientos. La evidencia en vida real también se está empleando ya para aumentar el conocimiento sobre el estado de salud de la población. También para mejorar la sostenibilidad de los sistemas de salud y optimizar los servicios sanitarios, gracias al uso eficaz y eficiente de los tratamientos y del resto de recursos.
El uso secundario de datos sanitarios marca al sector farmacéutico
La real world evidence puede ayudar a mejorar el acceso a nuevos fármacos, incrementar la eficacia y la eficiencia de la I+D o identificar las terapias más efectivas.
El Médico Interactivo
4 de septiembre 2023. 10:58 am