Especialistas de Medicina Interna y de Cardiología coinciden en afirmar que estamos ante un hito terapéutico que hacía años que no se veía. Se trata de la presentación de empagliflozina,
el primer fármaco aprobado y financiado en nuestro país para el manejo de la insuficiencia cardíaca crónica sintomática que ha demostrado un beneficio clínico en todo el espectro de esta afección, independientemente de la fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI).
Así lo han puesto manifestado en una rueda de prensa virtual los
doctores José Ramón González Juanatey, jefe del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela;
Jesús Casado Cerrada, jefe de sección de Medicina Interna Hospital Universitario de Getafe, en Madrid; y
Manuel Anguita, coordinador del área de Cardiología Clínica e Insuficiencia Cardiaca del servicio de Cardiología del Hospital Universitario Reina Sofía, en Córdoba.
Autorizado y financiado
Empagliflozina
es un inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) de la alianza
Boehringer Ingelheim y
Lilly, aprobado por la Agencia Europea del Medicamento para el tratamiento de adultos con insuficiencia cardiaca crónica sintomática en todo el espectro de la fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI), incluyendo aquellos con FEVI ligeramente reducida (IC-FEr) y preservada (IC-FEp).
Su autorización se basa en los resultados de dos ensayos clínicos basales: EMPEROR-Preserved y EMPEROR-Reduced. En el primero, el tratamiento con empagliflozina demostró
una reducción del 21 % en el riesgo relativo de hospitalización por insuficiencia cardiaca o muerte cardiovascular.
En el EMPEROR-Reduced, mostró una
reducción del 25 % en el riesgo relativo combinado de fallecimiento por causas cardiovasculares u hospitalización por insuficiencia cardíaca en pacientes con FEVI ligeramente reducida (IC-FEr), frente a placebo. Además,
redujo en un 30 % el riesgo relativo de hospitalizaciones totales por insuficiencia cardíaca (primera y recurrentes) y ralentizó significativamente el deterioro de la función renal.
Permite el uso de otros fármacos
“Estamos ante un facilitador de la optimización terapéutica”, explica el doctor Juanatey. Una aseveración que argumenta aludiendo a que empagliflozina es un fármaco que ha demostrado en la evidencia científica que supone un beneficio clínico para todos los pacientes con insuficiencia cardíaca. “
Protege frente a la muerte cardiovascular y las hospitalizaciones y, además, previene el deterioro de la función renal”, añade.
Por su parte, el doctor Casado ha destacado que: “Hasta la llegada de la molécula,
no existían herramientas terapéuticas que hubieran demostrado reducir la morbilidad-mortalidad de los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada. Teniendo en cuenta que son el 50 % del total de pacientes y que la afección se asocia a un fenotipo de mayor edad y comorbilidad, disponer de estrategias terapéuticas útiles y seguras tiene un gran valor”.
Adicionalmente, el tratamiento previo con empagliflozina
favorece la introducción de otros fármacos que se utilizan en el manejo de los pacientes con insuficiencia cardíaca reducida como los empleados para el manejo de la hipotensión, la disfunción renal o la hiperpotasemia, –continua el doctor Juanatey–. “Esto es así porque empagliflozina no tiene efectos sobre la presión arterial, limita los riesgos de otras afecciones y favorece la descongestión y el uso de betabloqueantes”, asegura.
Concluye enfatizando que no hay que olvidar que este medicamento tiene
un buen perfil de seguridad, una posología sencilla (una dosis única al día) y “es el fármaco que más rápido actúa ya que a las dos semanas de uso hay beneficio clínico relevante”.
Empagliflozina mejora el pronóstico
Para el doctor Manuel Anguita, anterior presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “lo más destacable de este fármaco es su beneficio en los pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada, ya que
hasta ahora no había tratamientos que mejoraran su pronóstico”. Sin embargo, el pacientes con fracción reducida, –agrega– pese a que hay más terapéutica, también se mejora el pronóstico de los pacientes con empagliflozina.
En estos perfiles, el problema inicial del fallo cardíaco está en el corazón por lo que se debe actuar sobre la disminución de la contractilidad. “Este fármaco ha demostrado que mejora el pronóstico, probablemente, porque
mejora la contractilidad disminuyendo la dilatación del ventrículo izquierdo”, apunta.
Por otro lado, al tratarse de pacientes más jóvenes, indica el doctor Anguita, su perspectiva vital es más larga y, tratados adecuadamente, pueden incorporarse de nuevo a su vida laboral lo que
tiene una repercusión social y económica grande.
En el caso de que no mejoren, tienen que someterse a procedimientos complejos con mayor riesgo para los pacientes y muy costosos para el sistema sanitario. “Mejorar la contractilidad y los síntomas significa que estamos evitando a estos pacientes pasar por estos problemas y
evitar al sistema sanitario un coste elevado añadido”, destaca el experto.
El 2 % del gasto sanitario
La
insuficiencia cardíaca aqueja a 15 millones de personas en Europa y provoca dos millones de hospitalizaciones. En nuestro país,
la prevalencia asciende hasta los 770.000 pacientes. Este síndrome que, a veces puede pasar desapercibido al estar relacionado con otras patologías, afecta a personas cada vez más jóvenes limitando su autonomía de forma progresiva.
Esta circunstancia empeora su calidad de vida, les impacta psicológicamente y tiene efectos sociales y económicos al incidir directamente en su vida laboral. En cuanto al impacto en Sanidad española, la insuficiencia cardíaca es la primera causa de ingreso hospitalario en mayores de 65 años y
la enfermedad que condiciona un mayor gasto sanitario, con un 2 % del total.
En este contexto, el jefe de servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela subraya que “es un medicamento que
supone una medida muy eficaz para mejorar la cantidad y la calidad de vida de los pacientes y evitar las hospitalizaciones. Por lo que, cuanto antes se incorpore a la práctica clínica tendrá un mayor impacto en la salud individual del paciente y global en el conjunto del sistema sanitario”, asegura.
Uso en Atención Primaria
El doctor Anguita añade que “es esencial
que empagliflozina se use también en Atención Primaria, donde no se dispone de métodos diagnósticos para identificar la fracción de eyección. Ahora, cuando tengan un diagnostico claro de insuficiencia cardíaca pueden prescribir este fármaco con seguridad”. Esto es importante ya que recuerda que cuanto antes se trate a estos pacientes se estarán disminuyendo los riesgos y mejorando el pronostico.