La reunión ‘VIH ES: Ir más allá de la indetectabilidad’, organizada por Gilead en La Coruña ha puesto de manifiesto los retos que aún tienen las personas con VIH en España. El primer dato a tener en cuenta es que en nuestro país unas 86.663 personas tienen el virus del VIH, el 5 por ciento de ellas en Galicia. De hecho, en el año 2016, de los 3.353 casos de nuevas infecciones por VIH, el 3,5 por ciento fueron en esta Comunidad.
Es por ello que durante este encuentro se puso especial hincapié en la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz. Para ello, cabe tener en cuenta que el 50 por ciento de los nuevos infectados en Galicia han sido hombres que han mantenido relaciones sexuales con hombres, el 43 por ciento han sido por relaciones heterosexuales y el 5 por ciento por personas que se inyectan drogas. De esta forma, los asistentes a la reunión subrayaron que el perfil del paciente VIH está cambiando: cada vez nos encontramos con pacientes con una edad media mayor y que se enfrenta a nuevas necesidades.
Entre ellas sin duda cabe destacar las comorbilidades y las necesidades médicas no cubiertas en el abordaje actual en personas con virus del VIH. No obstante, las investigaciones revelan que estas personas tienen un riesgo más elevado de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que significa que ayudar a conservar la salud a largo plazo debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre tratamientos.
VIH desde una nueva perspectiva
En concreto, durante este foro se insistía en la idea de que a medida que los pacientes con infección por virus del VIH envejecen, determinadas comorbilidades como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, eventos cardiovasculares, osteoporosis y disfunción renal son más prevalentes. Asimismo, diversos síndromes geriátricos como la fragilidad o el deterioro cognitivo pueden aparecer a partir de la séptima década de la vida.
Como explicaba Antonio Antela, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, “cada vez tenemos pacientes más mayores, más de la mitad supera los 50 años, y con un envejecimiento un poco más acelerado que la población general. Esto conlleva la aparición de ciertas comorbilidades como la patología cardiovascular, insuficiencia renal o hepática y cierto grado de deterioro cognitivo. Desde la consulta, los especialistas debemos estar preparados para no centrarnos solo en controlar el virus, es decir, además de conseguir que la carga vírica sea indetectable es necesario detectar a tiempo las posibles comorbilidades que pueden sufrir y tratarlas a tiempo. Hay que asegurar una buena calidad de vida en el envejecimiento de los pacientes VIH”
En este sentido, es importante reflexionar sobre cómo se puede ir más allá del control virológico y abarcar las diferentes situaciones a las que se enfrenta el paciente. Esto obliga a considerar la infección por VIH desde una nueva perspectiva, teniendo en cuenta que actualmente se ha convertido en una enfermedad con aspectos a destacar: su evolución es crónica, hay un aumento de la supervivencia y tiene un carácter de enfermedad inflamatoria sistémica que conlleva a la afectación multiorgánica con diferentes comorbilidades, a la aparición de neoplasias no definitorias de SIDA y al envejecimiento prematuro de los pacientes.
En España más de 86.000 personas tienen el virus del VIH
Uno de los principales retos sigue siendo evitar las comorbilidades en una patología que debe abordarse desde la cronicidad
El Médico Interactivo
19 de junio 2018. 1:45 pm