Manuela Camino López es jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil del
Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid. Entre los logros de su equipo está el haber llevado a cabo trasplantes de corazón en niños con el grupo de sangre incompatible con el del donante. Lleva años trabajando para conseguir que el niño que recibe un corazón acepte el órgano trasplantado como suyo sin la necesidad de inmunosupresión, una medicación que le ata de por vida. Apuesta por proyectos de investigación transversal y por el trabajo en red. Aún queda para que las mujeres ocupen puestos de liderazgo, pero el asociacionismo puede allanar la senda para llegar a la cima, según señala.
¿Cuál es el papel de la mujer en la investigación médica?
El papel de la mujer en la investigación médica lo es todo. En Medicina hay muchísimas mujeres trabajando y, obviamente, en investigación también.
¿Se ve esa feminización de la Medicina en la asistencia también en la investigación?
Sí, hay mujeres que colaboran en estudios de investigación.
Y, ¿cuántas lideran esos grupos?
Ese es otro tema. No por la cantidad de mujeres, que creo sobrepasan ya a los hombres en el ámbito de la Medicina. Pero, el aumento de las mujeres que se dedican en mi ámbito a la Medicina no se ha trasladado en puestos de liderazgo.
¿A qué se debe este hecho?
A mi modo de ver, es que básicamente para acceder a liderar equipos tienes que seguir el modelo hospitalario, donde manda un jefe de servicio, después el jefe de sección y después los demás escalones. Directamente el que reparte toda la distribución de los proyectos de investigación es el jefe de servicio y en esos puestos aún predominan los hombres. Ahora hay muchas mujeres que nos hemos incorporado a la Medicina, pero todavía en puestos de liderazgo hay mucho que trabajar.
¿Cómo se puede hacer?
Con una conciliación familiar. La familia es parte de un proyecto masculino y femenino, hay que compartir el trabajo de casa y el de fuera, cuando hay oportunidades tanto para uno como para otro. Es un trabajo en equipo. Si eres un investigador colaborador es menos complicado, pero llegar a investigador principal tal y como está el sistema es mucho más complicado. Sin ninguna duda, la mujer tiene un potencial para ser investigador principal. Hoy en día con las redes de investigación te puedes autopromocionar. Hay que ser decidido y decir qué vas a aportar a ese liderazgo para no estar siempre en segunda línea.
¿Cómo se compagina la asistencia con la investigación?
Está cambiando bastante, pero básicamente necesitas, a diferencia de otros países, tiempo. Dentro de tu trabajo tiene que haber un tiempo para asistencia, un tiempo para investigación y un tiempo para docencia. Si es todo a la vez, haces lo que puedes. Acaba tu jornada laboral y en tu casa con el ordenador sigues trabajando. El tiempo dedicado a la investigación tiene que estar contemplado en tus horas de trabajo. Para buscar una solución hay que compartir experiencias, con los de aquí y con otros equipos internacionales. Además de estar viendo pacientes, hay un montón de trabajo burocrático que ralentiza los tiempos para la investigación, docencia y asistencia. En otros países dedican tres meses al año solo a trabajos y a proyectos de investigación. Es un tiempo dedicado exclusivamente a la investigación y, obviamente, para docencia, que tiene que estar dentro de tu marco de trabajo diario.
¿Es necesaria la investigación para mejorar la asistencia?
Sí, es básico. La ventaja que tenemos ahora es que te puedes comunicar en red sin tener presencialidad. Compartes cuestiones con personas que ni siquiera conoces personalmente, pero puedes compartir esta información de forma segura. De hecho, nosotros estamos en plataformas europeas o de Estados Unidos.
¿Cómo ha evolucionado la investigación en estos años?
Con el trabajo en red, que facilita mucho la colaboración y la investigación.
¿Cuáles son las fortalezas de la investigación realizada por mujeres?
No diría que hay una ventaja por sexo, sino que realmente tiene que haber la misma accesibilidad a los puestos. Eso tiene que trasladarse, obviamente, a puestos de liderazgo. No se tiene la capacidad de hacer cosas si no se llega a un puesto en el que tienes margen de maniobra. Una de las ventajas es que podemos centrarnos más en temas que atañen a la mujer, como perspectiva de género, que es importantísimo. Para eso, tienen que empezar a subir el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo.
¿Cuál ha sido su experiencia personal?
Mi formación la hice en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Posteriormente, estuve en otros hospitales y volví aquí para centrarme en el campo del trasplante cardiaco. Estamos en un país como muchísima actividad de trasplantes, sobre todo en adultos. El niño siempre es un reto. El principal avance en investigación ahora mismo es el trasplante de órganos sólidos como es el corazón o riñón. Generar una tolerancia para que no tengas que tomar una Medicina, para que tu cuerpo acepte un órgano como si fuera suyo. Es un campo de investigación en el que estoy trabajando con Rafael Correa, que es básicamente el que lidera en la parte de metodología de investigación. Intentamos conseguir que el corazón sea tolerado sin la necesidad de tomar inmunosupresores. También estamos trabajando en otras líneas, entre las que destaca la genética, para intentar saber por qué los corazones de algunos recién nacidos están mal para poder solucionarlo.
¿Hay diferencia si el trasplante se realiza a una niña o a un niño?
No, no hay diferencias estructurales, la diferencia no es por sexo sino más bien por quién lo lleva, por sus características individuales. La única disparidad puede surgir a la hora de aceptar el nuevo órgano trasplantado; ahí sí que la diferencia existe. Es un momento importante, también desde el punto de vista psicólogo: aceptar que tienen que tomar siempre un tratamiento. Ahí sí hay una desigualdad con las mujeres, pues tenemos mucho carácter y mucho cambio hormonal. La aceptación de un problema o de, simplemente, seguir con una medicación no es igual que en los adolescentes varones.
¿Esas diferencias se incluyen en el diseño de los proyectos de investigación?
Siempre cuando haces un trabajo de investigación debes de hacer individualización por sexo. Además, hay que centrarse en si se tiene alguna alteración de base en el sistema inmune que pueda empeorar y ser más susceptible a procesos autoinmunes.
¿Se ha encontrado con alguna traba a la hora empezar de su carrera profesional?
El campo del trasplante es demasiado restringido como para llegar a una conclusión. En el trasplante cardiaco infantil hay muy pocos centros en España donde se realizan. Necesitas trabajar con muchísimos profesionales de distintas especialidades médicas. Lo que falla es la estructura del día a día, que es vertical, lo que supone que haya trabas en el funcionamiento: desde los que están arriba hasta los de abajo. La gestión por proyectos de forma transversal en los hospitales es difícil; trabajar en red dentro del propio hospital es bastante complicado.
¿Las nuevas generaciones de mujeres médicos están interesadas en la investigación?
Están preparadas y con el asociacionismo se podría canalizar ese interés. Ya se está haciendo a través de distintas asociaciones. Es donde empiezas a relacionarte, que es como lo han hecho toda la vida los hombres. Yo también llevo mucho tiempo haciéndolo, porque sé que tengo que estar mejor preparada. Siempre te vas a seguir preparando. Debes tener claro cuál es tu meta. Hay una visión cuando te pones al frente de un equipo, todo lo demás va viniendo. Hay que tener claro que tampoco tienes que ser el más listo, sino tienes que ser el que sepa coordinar y tener una buena visión. Mucha gente tiene claro qué es gestionar y coordinar bien, pero si además tienes una visión buena eres un líder. Y eso significa que tienes una responsabilidad.