¿En qué momento el oncólogo tiene en cuenta el dolor: antes de que aparezca o cuando el paciente se queja?
Cuando se queja, por supuesto, pero también lo prevemos y preguntamos al paciente por su dolor en función de la patología o del tipo de tratamiento que tiene.
¿Hay algún tratamiento preventivo?
Conocer ya es prever, y cuando sabemos quién puede tener dolor ya nos anticipamos. No tenemos tratamiento preventivo, sino que abordamos de forma específica el dolor que vaya teniendo el paciente.
¿Qué médico es el responsable del seguimiento del dolor de un paciente con cáncer?
Sin lugar a duda, los oncólogos. Nosotros solo derivamos a la unidad del dolor siempre y cuando se requieran las técnicas intervencionistas, lo que se llama el nivel 4 o 5, o bien con pacientes que son refractarios al tratamiento habitual y que requieren un cambio de terapia. En cualquier caso, de inicio, nos coordinamos con el médico de cabecera para realizar nosotros el tratamiento del dolor y su seguimiento.
Al tratarse de un paciente polimedicado, ¿puede haber alguna complicación si se le añade un tratamiento para el dolor?
Puede haber problemas en función del tipo de patología de base que tenga el paciente, de los tratamientos que esté tomando y de la sensibilidad que tenga a esos fármacos. Por tanto, debemos estar muy pendientes de la patología, de la historia clínica, de los antecedentes del paciente, de los tratamientos que esté tomando y de la tolerancia. Hablamos de tratamiento y de evaluación, ya que debemos hacer un seguimiento unos días después de comenzar la terapia para saber cómo la tolera y cómo va el dolor. Si la tolerancia no es correcta o persiste el dolor, cambiamos la medicación.
Los pacientes dicen que a veces no se quejan del dolor porque temen que interrumpan el tratamiento oncológico. ¿Para un médico el dolor también es motivo para modificar la terapia?
No, yo creo que es un fantasma que puede existir; es decir, el hecho de que un paciente tenga dolor no siempre significa que haya una progresión de la enfermedad. Es verdad que a veces puede ser el motivo, y el paciente teme que después de ese tratamiento no haya otro. Este tema se soluciona con comunicación, tanto del paciente como nuestra. Debemos explicar al paciente esa interacción, y él siempre nos tiene que comentar cómo es el dolor para que podamos actuar. No debe tener miedo a que le quitemos de un ensayo por ese motivo.
¿Se utilizan las escalas del dolor?
En el dolor neuropático por quimioterapia no hay escalas adecuadas, sino que hay técnicas o estudios complementarios radiológicos para confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se puede valorar el criterio subjetivo del paciente respecto a su dolor?
La EVA puede ser una posibilidad para valorar el dolor,en general. Disponemos de muchas escalas para medir este síntoma, pero, en el caso del dolor neuropático por quimioterapia, las escalas son más complejas de utilizar porque necesitaríamos escalas más específicas y pruebas diagnósticas que no se pueden hacer sobre la marcha.
Los opioides están indicados especialmente para el paciente con cáncer. ¿Cómo es su uso en España? ¿Tienen algún tipo de estigma? ¿Puede haber una epidemia como la que se observa en Estados Unidos?
Es verdad que el consumo de opioides en Estados Unidos es muchísimo mayor, y la dosificación depende principalmente del propio paciente en muchas ocasiones. En España, creo que estamos mucho más atrás en la utilización de opioides, pero también hay que tenerlo en cuenta. La primera vez que escuché hablar de toxicidad o de aumento del uso de opioides fue hace tres o cuatro años en una reunión del dolor. En España su uso requiere una receta médica, una autorización, por lo que no es tan fácil hacer un uso inadecuado de los opioides.
¿Cómo valora el papel de la Enfermería en el abordaje del paciente oncológico con dolor?
Es esencial por el apoyo que da. En este ámbito hemos observado infradiagnóstico e infraevaluación. Sabemos cómo afrontar el infradiagnóstico y el infratratamiento, pero para evitar la infraevaluación me parece esencial que las unidades de Oncología tengan Enfermería de apoyo, y no solamente para el tema del dolor, sino también para la nutrición, el apoyo global en los tratamientos o el seguimiento. Creo que podemos ofrecer una calidad asistencial magnífica con el soporte de la Enfermería, sin duda. Aparte, hay un aspecto muy concreto que es la empatía que tienen las enfermeras con los pacientes. La figura de la Enfermería me parece fundamental para complementar al médico, y para darle apoyo en el tratamiento médico y el seguimiento.
¿Y cómo valora la relación de Oncología con la Atención Primaria?
En España tenemos ahora mismo una Primaria espectacularmente buena. El sistema MIR ha hecho unos médicos espectaculares, pero creo que nos falta más coordinación. Tenemos que unirnos y hablar de los pacientes, debemos meter a los médicos de Primaria en nuestra estructura para realizar un buen seguimiento del paciente. Es difícil, pero es posible y tiene un beneficio enorme. La coordinación con Primaria es esencial, y creo que habría que hacer un programa; de hecho, ya se está haciendo en muchas especialidades, incluso en Oncología probablemente ya existe en muchos sitios.
¿El médico especialista en Oncología está familiarizado con el dolor?
Va por barrios, hay gente que está familiarizada y gente que no. Tenemos que lograr que el oncólogo reciba la formación adecuada para que no tenga miedo al dolor en el paciente oncológico
¿Cree que hace falta más sensibilización ante el dolor del paciente con cáncer?
No se trata de sensibilización, no le echaría la culpa a la falta de sensibilización de los médicos, sino que hay muchos otros factores, como la falta de formación o la presión con la que ejercen sus funciones.
“En Oncología abordamos de forma específica el dolor de cada paciente”
El Dr. Juan Antonio Virizuela, del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, ha participado en un foro de Oncología, organizado por la compañía farmacéutica Grünenthal, en el que también han intervenido la Dra. Yolanda Escobar, del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y Dña Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac)
Eva Fariña
18 de diciembre 2019. 1:30 pm