Encontrar el peso sano de cada paciente es clave para controlar comorbilidades

Lograr un peso sano ayuda a diferentes cuestiones. Por ejemplo, a la remisión total de la diabetes y a que el páncreas vuelva a su tamaño normal o que mejore la apnea del sueño. Es por ello que el control del peso ha sido uno de los temas abordados durante el 41º Congreso Nacional de la SEMI. En concreto, se ha insistido en que los profesionales deben identificar al paciente obeso, medir el perímetro abdominal y valorar su estadio. Esto es aplicable a internistas, médicos de primaria y de hospital. La prevalencia de la obesidad, definida como un IMC>30 en España en las consultas de medicina interna es del 23,6 por ciento, según datos del estudio OBEMI. La prevalencia del sobrepeso se sitúa en torno al 60 por ciento. Así, los expertos han insistido en que el internista debe implicarse en la detección de la obesidad en la consulta. Pero sobre todo,  definir un objetivo de peso sano para cada paciente, de manera que este baje de peso, hasta conseguir que el control de sus comorbilidades. Todo ello teniendo en cuenta que a mayor edad, mayor es la gravedad de la obesidad y más comorbilidades.

Los problemas de no tener un peso sano

La obesidad debe entenderse como una enfermedad sistémica que afecta a todos los órganos. Así, no tener un peso sano se asocia a diversas enfermedades debido a la adiposidad que se acumula en distintas zonas del cuerpo. Para empezar, la acumulación de tejido adiposo alrededor de la garganta y la laringe provoca la apnea del sueño. Si se acumula alrededor del corazón, fibrilación auricular (FA) e insuficiencia cardiaca. En el riñón produce una presión en el riñón que conduce a la insuficiencia renal crónica, por una hiperfiltración y excreción de proteínas en la orina (albuminuria). La presión abdominal también puede producir reflujo gastroesofágico y ardor de estómago que, con el tiempo, se puede convertir en cáncer de esófago. Además, la obesidad provoca secreción de ciertas hormonas y mecanismos proinflamatorios que aumentan el riesgo de infertilidad. Es por ello que no se debe esperar a que los pacientes con obesidad asintomática, sin una afectación metabólica y sin comorbilidades, lleguen a la situación de obesidad mórbida. Para alcanzar un peso sano, hay que ofrecerle una intervención personalizada, destinada a modificar su estilo de vida y a ofrecerle la cirugía bariátrica desde el principio.