La endometriosis es una enfermedad crónica que se produce cuando la parte que recubre el interior del útero y que se desprende en cada ciclo por la menstruación, llamada endometrio, refluye a través de las trompas con la menstruación hacia la pelvis, lo que pude ocasionar pequeños sangrados en pelvis.
Los ciclos menstruales de la paciente irán produciendo pequeños sangrados en pelvis que, si no son correctamente degradados y eliminados por el propio organismo, pueden crear un cuadro de adherencias responsables en parte del cuadro de dolor e infertilidad de la paciente.
Para el Dr. Juan Antonio García Velasco, director de la clínica IVI Madrid, el enfoque clínico respecto a esta enfermedad cambia paulatinamente ya que no había ningún avance en el tratamiento de la endometriosis en los últimos veinte años y en la actualidad no tiene cura.
La diferencia es que ahora el diagnóstico e inicio del tratamiento son más pragmáticos y eso ayuda a mejorar la calidad de vida de quienes tienen endometriosis, por tanto, es importante un diagnóstico oportuno, pues al ser una enfermedad crónica puede empeorar rápidamente y la información es parte fundamental para las mujeres.
En opinión del Dr. García Velasco, existen pocos doctores especializados en el tratamiento quirúrgico de estas pacientes. Muchas mujeres, por miedo al quirófano, controlan el dolor con medicación pero, a veces, la mejor opción es una cirugía correctamente realizada.
En este sentido, asegura, que lo ideal es crear centros de referencia para esta enfermedad, donde se cuente con buenos radiólogos que puedan detectarla, excelentes cirujanos que puedan hacer las intervenciones, y un grupo de psicólogos que ayuden a las pacientes con el dolor y a mejorar su calidad de vida.
Se calcula que en los casos de endometriosis, sin importar que sea moderada o severa, la tasa de embarazo natural por ciclo es de menos de un 2 por ciento (y de entre 2 y 4,5 por ciento en los casos más leves), muy inferior al 20 por ciento de las mujeres que no padecen esta enfermedad.
La media de edad en la que se detecta esta enfermedad se encuentra en los 27 años y se calcula que un 70 por ciento de las mujeres con esta condición recibieron anteriormente un diagnóstico erróneo.
Según el especialista podían llegar hasta 6 años para que una mujer fuera correctamente diagnosticada y era aún más difícil que los doctores prescribieran un tratamiento.
En aquellos casos con mayor sintomatología se recomiendan medicamentos paliativos y, de ser necesario, se practica una cirugía pélvica para eliminar las lesiones; aunque existen casos en los que es necesario retirar parte de los ovarios o incluso los ovarios por completo, mermando así la fertilidad de la paciente.
Esta enfermedad es una de las principales causas de infertilidad para lo cual la medicina reproductiva puede ofrecer una solución adecuada a estos problemas, por ejemplo con la vitrificación de ovocitos.