El estreñimiento inducido por opioides es una complicación frecuente del tratamiento con opioides, aunque por el momento es poco reconocida y tratada
25 de octubre 2019. 2:20 pm
El estreñimiento inducido por opioides (EIO) es el efecto adverso más común en los pacientes que siguen un tratamiento analgésico con opioides, pese a ello por el momento es poco reconocido y tratado. Así se ha manifestado durante simposio ‘Grandes síntomas olvidados’, organizado por Kyowa…
El estreñimiento inducido por opioides (EIO) es el efecto adverso más común en los pacientes que siguen un tratamiento analgésico con opioides, pese a ello por el momento es poco reconocido y tratado. Así se ha manifestado durante simposio ‘Grandes síntomas olvidados’, organizado por Kyowa Kirin en el marco de las XIII Jornadas Internacionales de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).
En palabras de Joan Santamaría, jefe sección Medicina Interna del Hospital General de Palma de Mallorca y responsable de la unidad de Medicina Paliativa del Sector sanitario de Ponent de Mallorca, “para muchos pacientes con dolor oncológico, los opioides son la mejor opción terapéutica para aliviar este dolor. El EIO es una complicación frecuente del tratamiento con opioides, aunque por el momento es poco reconocida y tratada”.
No obstante, el dolor es uno de los síntomas más prevalentes en pacientes oncológicos. Hasta el 70 por ciento de los pacientes con cáncer presentará dolor en algún momento de su enfermedad, dolor que es intenso en el 25-30 por ciento de los casos. Sin embargo, los analgésicos opioides ejercen sus efectos de manera predominante a nivel del sistema nervioso central, aunque también actúan a nivel periférico sobre el sistema nervioso entérico del tracto gastrointestinal, lo que altera la motilidad intestinal conduciendo a un tránsito gastrointestinal más lento, una reducción de las secreciones y un aumento del tono de los esfínteres, produciendo el estreñimiento.
Es por ello que el EOI es una condición que padecen entre el 51 y 87 por ciento de pacientes que reciben opioides para el dolor oncológico y entre el 41 y 57 por ciento de pacientes que utilizan opioides para el dolor crónico no-oncológico.
Medidas a tener en cuenta
De esta forma, experto insistía en que esta realidad “supone un problema ya que tiene un impacto directo sobre la calidad de vida y sobre el propio control del dolor, ya que el paciente puede disminuir o, incluso, abandonar los opioides por temor a este efecto secundario”.
Así, Joan Santamaría informaba de que la primera fase del tratamiento del EIO debe consistir en proporcionar información a los pacientes sobre los efectos secundarios de los opioides. Además, se debe preguntar a los pacientes sobre el estreñimiento en cada revisión clínica e instaurar un tratamiento específico si el paciente no responde al tratamiento habitual. En estos casos es recomendable la prescripción simultánea de un laxante estándar, principalmente osmóticos y/o estimulantes, y algunas modificaciones en la dieta y estilo de vida, como el ejercicio y la ingesta de líquidos.