Recientemente se ha celebrado en San Sebastián la
XL Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología. La principal conclusión de este evento es la necesidad de
medidas urgentes para reducir las temperaturas. Tal y como advierten los epidemiólogos, las
olas de calor, las sequías y las inundaciones tienen una repercusión muy negativa. Por una parte, en
enfermedades no transmisibles como el cáncer o la cardiopatía coronaria. Pero también entrañan el riesgo de que
reemerjan enfermedades transmitidas por mosquitos o aparezcan nuevos agentes. “No podemos posponer las medidas para reducir la emisión de gases a la atmósfera y reducir las temperaturas, la situación es urgente”, ha advertido Pere Godoy, presidente del Comité Científico.
A todos estos problemas, se suman los problemas de salud pública. Según Godoy, estos van a persistir y renovarse. Por ello, requerirán de respuestas por parte de los servicios de vigilancia y salud pública. Para abordar ambas cuestiones, los expertos apuestan por poner en marcha
políticas locales que ayuden a frenar los efectos del cambio climático.
Asimismo, es necesario reorganizar los servicios de vigilancia epidemiológica. “No podemos pensar que servicios que están infradotados e infrafinanciados pueden dar respuestas adecuadas a problemas que a todos nos interesa que se resuelvan de forma rápida y eficaz”, ha comentado el experto.
Medidas urgentes para reducir las temperaturas
“Además de frenar la emisión de gases necesitamos políticas de mitigación”, insistía Godoy. Pese a ello, los expertos han advertido de que el progresivo aumento de las temperaturas y del nivel del mar, la contaminación, el ozono, y los incendios son solo algunos de los fenómenos que están poniendo en riesgo la salud de la población. Así, además de medidas urgentes para reducir las temperaturas, han expuesto otras necesidades.
De esta forma, señalaban la necesidad de avanzar hacia
un correcto estudio de contactos de viruela del mono para cortar la transmisión. También recordaban los retos de la COVID-19 que todavía tenemos por delante. Sobre esta cuestión profundizaba Rafael Vilasanjuan, director del Departamento de Análisis y Desarrollo Global del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
“Todo el mundo se ha preocupado más de controlar la situación dentro de su país, sin pensar más allá de sus fronteras. Los países más ricos han comprado vacunas de forma masiva, produciéndose grandes desigualdades con respecto a los países más pobres”. Ante esta situación de acopio Vilasanjuan es partidario de “c
rear una organización capaz de dar respuesta a las emergencias sanitarias a nivel mundial, que tenga recursos, capacidad de decisión y de actuación”.