La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una entidad de significativa morbilidad y mortalidad en España, con más de 18.000 muertes anuales atribuidas a esta afección. Aunque históricamente se ha asociado con el género masculino, los datos actuales revelan un panorama en constante evolución, especialmente…
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una entidad de significativa morbilidad y mortalidad en España, con más de 18.000 muertes anuales atribuidas a esta afección. Aunque históricamente se ha asociado con el género masculino, los datos actuales revelan un panorama en constante evolución, especialmente entre las mujeres. El doctor Saleh Heisen Dih, del Centro de Salud de Arboleas - Albox, en Almería, destaca la importancia de reconocer estas diferencias de género para mejorar la evaluación, el seguimiento y el tratamiento de la EPOC.
Definir la EPOC es el primer paso para comprender su impacto, especialmente entre las mujeres. La doctora María del Rosario Blasco Martínez, de la UGC Nueva Andalucía, en Almería, contextualiza la EPOC como una patología pulmonar caracterizada por una limitación crónica, progresiva e irreversible del flujo aéreo, principalmente asociada a la exposición al humo de tabaco.
El estudio EPISCAN II, realizado en España, estima que el 11,8 % de la población mayor de 40 años padece EPOC, tanto hombres como mujeres. Sin embargo, las manifestaciones clínicas y las tasas de infradiagnóstico varían significativamente entre ambos géneros. De hecho, las diferencias entre hombres y mujeres son notables, con una prevalencia del 14,6 % en hombres y del 9,4 % en mujeres.
Este enfoque unisex podría contribuir al infradiagnóstico, que alcanza al 74,7 % de los pacientes con criterios de EPOC, siendo más pronunciado en las mujeres con un 80,6 %, de casos sin diagnosticar frente al 70,4 % en los hombres, subraya la doctora Blasco.
Cambio de perfil y causas
El cambio de perfil del paciente con EPOC es evidente, con un aumento del 70 % en la prevalencia de la enfermedad en mujeres en la última década, apunta el doctor Heisen, quien destaca que “la evidencia existente revela diferencias de género potencialmente sustanciales en la susceptibilidad, la gravedad y el perfil clínico de la enfermedad”. Todo ello relacionado con diversos factores, incluido el aumento del consumo de tabaco entre las mujeres, una exposición ampliada a la contaminación del aire interior y diferencias anatómicas que podrían contribuir a ese diagnóstico erróneo. El doctor Francisco Manuel García, del Centro de Salud Roquetas Sur, en Almería, también considera que la incorporación de la mujer al hábito tabáquico es la principal causa, habida cuenta de que “la mujer presenta una mayor susceptibilidad al tabaco, susceptibilidad a los efectos nocivos del tabaco, pero determinada por factores anatómicos (vías aéreas de menor tamaño), genéticos y hormonales”, explica. Respalda su argumento con estudios que indican que las mujeres tienen valores inferiores de función pulmonar medida por el volumen espiratorio forzado en el primer segundo y formas más graves de la enfermedad con un nivel de exposición tabáquica más bajo. Los otros factores que inciden en el crecimiento de la prevalencia de la EPOC en las mujeres, añade el especialista, son una predisposición genética, diferencias anatómicas en las vías aéreas, variaciones en la mecánica ventilatoria, susceptibilidad para la inflamación e hipersecreción de mocos y la influencia de las hormonas sexuales.Diferencias clínicas
Lo que parece claro es que las diferencias de género en la presentación clínica son evidentes. La doctora Blasco subraya que “las mujeres presentan un cuadro clínico diferente al de los hombres”, diferencias que incluyen una mayor disnea, sibilancias, hiperreactividad bronquial, hipoxemia, menos tos y expectoración, menor índice de masa corporal, mayores alteraciones nutricionales, peor calidad de vida y un mayor número de exacerbaciones. “La presencia de comorbilidades, como ansiedad, depresión y osteoporosis, agrega complejidad al diagnóstico y tratamiento”, incide. El doctor García añade que en cuanto a las agudizaciones, episodios de inestabilidad clínica que producen un deterioro importante en la calidad de vida de las personas con EPOC, son más frecuentes en las mujeres, pero la tasa de supervivencia tras una agudización es mejor en ellas.Manejo de la EPOC en la mujer
“A pesar de estas diferencias, las pautas actuales para el diagnóstico y el tratamiento de hombres o mujeres con EPOC son las mismas”, añade el doctor Heisen. Por lo que considera que el reconocimiento de estas diferencias de género sería esencial para mejorar la detección temprana, el manejo clínico y la calidad de vida de las mujeres. Juan Luis Navarro Luna, del Centro de Salud de Palos de la Frontera, en Huelva, también reconoce que aunque la EPOC tiene peculiaridades específicas en las mujeres, predominando la bronquitis crónica sobre el enfisema, “el tratamiento de la EPOC es más o menos igual en hombres que en mujeres, aunque con algunas peculiaridades”. En general, –enfatiza– es importante abordar los factores desencadenantes y favorecedores de la EPOC, con especial atención a la prevención del tabaquismo, la reducción de la contaminación industrial y la polución ambiental. “El tratamiento de la EPOC en general se fundamenta en intervenciones multifacéticas, que van desde la prevención y diagnóstico temprano, hasta el manejo farmacológico. Establecer programas para la detección temprana y el tratamiento precoz, con el objetivo de controlar la enfermedad y reducir el número de exacerbaciones son esenciales”, dice.Buena respuesta a los corticoides
En el caso del manejo de las mujeres con EPOC, la farmacoterapia inhalada presenta matices específicos que requieren una atención cuidadosa, resalta la doctora Blasco. En general, los hombres reciben más fármacos para el tratamiento de la EPOC debido a una clínica más llamativa, con síntomas más numerosos. “Los agonistas beta2 adrenérgicos de acción larga (LABA), anticolinérgicos, teofilinas y mucolíticos se indican con mayor frecuencia en hombres, mientras que la prescripción de corticoides inhalados (CI) no muestra diferencias significativas entre géneros”, resume. Dado que las mujeres con EPOC presentan más disnea, los broncodilatadores se presentan como fármacos ideales para mejorar la sintomatología inicialmente, con una excelente respuesta al tratamiento, especifica la especialista. En este sentido, la experta hace referencia al estudio de Carrasco-Garrido, que sugiere que las mujeres experimentan una mejoría en sus síntomas superior a la de los hombres con la administración de CI en los primeros seis meses. Sin embargo, después de este período, la terapia con CI no parece modificar la disminución del FEV1, según los resultados de ensayos clínicos. El doctor García sostiene que el hecho de que las mujeres “tengan un porcentaje más elevado de eosinófilos en sangre periférica explica que tengan mayor inflamación y, al mismo tiempo, mejor respuesta terapéutica a los corticoides”. No obstante, Blasco destaca que es crucial tener cautela en la prescripción de CI a largo plazo en mujeres con osteoporosis. Aunque estos pueden mejorar los síntomas de la EPOC, existe el riesgo de complicaciones como fracturas.Adherencia al tratamiento
El manejo efectivo de la EPOC no solo depende de la prescripción adecuada de medicamentos, sino también de la adherencia al tratamiento. En este contexto, el doctor García apunta que, inicialmente, el 62 % de los pacientes presentan adherencia al tratamiento, siendo las mujeres, en este caso, ligeramente más adherentes que los hombres con un 63,6 % frente a un 61,2 %. En conclusión, aunque históricamente la EPOC se ha asociado con el género masculino, está experimentando una evolución significativa en su presentación y manejo en las mujeres. Los expertos resaltan la importancia de reconocer estas diferencias y personalizar los enfoques de tratamiento para lograr resultados óptimos. El énfasis en la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento integral, con especial atención a la terapia inhalada, surgen como pilares esenciales en la gestión de la EPOC en las mujeres. Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Francisco José Díaz Galván, José Antonio Bazuzaga Portillo, José Jorge Tosta Serra, Luis Guerrero Moya, Saleh Heisen Dih, María del Rosario Blasco Martínez, María Bermejo Vélez, Juan Luis Navarro Luna y Francisco Manuel García García. Una publicación independiente desarrollada gracias al patrocinio financiero de BIAL. Los puntos de vista y las opiniones que se expresan en esta obra son de sus autores y no reflejan necesariamente la política oficial ni la posición de BIAL. BIAL no debe ser considerada responsable de la veracidad de la información ni de los posibles errores u omisiones. Referencias:- Sorheim IC, Johannessen A, Gulsvik A, Bakke PS, Silverman EK, DeMeo DL. Gender differences in COPD: are women more susceptible to smoking effects than men? 2010;65 (6):480-5.
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