El 10 por ciento de la población mayor de 40 años española padece de la llamada Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y de ella, un 73 por ciento no está diagnosticada. La EPOC, producida por el tabaquismo acumulado, y no sólo presente en fumadores activos, sigue siendo una gran desconocida entre la población, y también una asignatura pendiente por parte de los médicos, a la hora de realizar un diagnóstico precoz. En España es la cuarta causa de muerte, y es la única que en vez de decrecer va en aumento, hecho que continuará con la incorporación de la mujer al tabaquismo. En cifras económicas supone un total de 3.000 millones anuales de coste, y un 12 por ciento de la carga asistencial de las consultas de Atención Primaria.
Datos como estos justifican que durante el congreso anual de la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS), celebrado este año en Amsterdam, este haya sido uno de los temas clave. Diferentes médicos internacionales presentaban en rueda de prensa los datos más relevantes sobre esta enfermedad, y la importancia que tiene en la vida del paciente de las exacerbaciones (agudizaciones de la enfermedad), tanto en términos de salud, con un aumento de crisis en síntomas como la dificultad para respirar y la tos crónica, y también en términos de influencia social, sobre todo dentro del ámbito familiar. Asimismo, presentaban los datos de un estudio realizado por Nycomed, en colaboración con MSD Respiratorio, con motivo del primer año de comercialización de Daxas, su marca registrada de roflumilast. En combinación con estudios anteriores y con una muestra de 1.500 pacientes, el estudio concluye que el tratamiento de un año con roflumilast disminuyó el riesgo de seguir perteneciendo al grupo de exacerbadotes frecuentes en un 20 por ciento respecto al placebo. 'El roflimilast es como la estatina de la EPOC', explicaba a modo demostrativo Juan José Soler, presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología, también dentro de este congreso internacional, 'no ves el efecto inmediato, es un fármaco de largo recorrido, y lo que reduce es el riesgo de que el paciente se convierta en agudizador'. Es por tanto un tratamiento que se utiliza en pacientes con fenotipo agudizador, para intentar reducir su número de crisis, pero también un tratamiento preventivo para evitar que el paciente estable se convierta en este tipo. 'Es un antiflamatorio que no interacciona con otros, sino que viene a sumar, no reemplaza sino que añade', matizaba el Dr. Soler en referencia al tratamiento combinado con broncodilatadores.
Los efectos del tratamiento no son inmediatos, sino a largo plazo. Presenta algunos efectos adversos frecuentes como diarrea, pérdida de peso, naúseas, dolor abdominal y cefaléa, y resulta un fármaco poco beneficioso en pacientes de EPOC efisematosos, para los cuales no suele funcionar adecuadamente ningún tratamiento antiflamatorio en general.En estos estudios se ha observado sobre todo que el efecto fundamental es que reduce la frecuencia de las agudizaciones, aunque teniendo en cuenta que también reduce el número de hospitalizaciones, se deduce que también disminuye la intensidad de las mismas. 'El médico además de tratar la propia agudización, también tiene que pensar en tratar la prevención de la misma', destacaba el neumólogo valenciano.
Más y mejores espirometrías
Precisamente, el tema de la prevención, es uno de los puntos negros de la EPOC, ya que sigue existiendo importantes cifras de infradiagnóstico, pese a que la espirometría, el método más eficaz, sencillo y barato para diagnosticar la enfermedad, está en muchos centros ambulatorios. Pero sigue sin estarlo en todos, y sigue sin existir un uso eficiente de las mismas.
En este sentido, Juan José Soler recomendaba buscar de forma activa al paciente, es decir, realizar cribados de la población fumadora o exfumadora mayores de 40 años, con espirometrías preventivas. En esta línea habían surgido proyectos como el de FarmaEPOC, en el que se habían llevado las espirometrías a las farmacias, para hacer un cribado previo, y después derivar al especialista médico, obteniendo muy buenos resultados. Otro de los problemas es que también hay que mejorar la calidad de estas pruebas, puesto que muchas veces los resultados resultan erróneos, y eso impide ayudar correctamente al paciente.
Otro de los grandes retos del médico en la lucha con la EPOC, es su labor como divulgador, ya que el problema está en que muchos pacientes fumadores, identifican estos síntomas como normales, y no consultan por ello a su médico.