Es fundamental analizar los retos de gestión en la innovación en enfermedades inflamatorias inmunomediadas

Durante el Foro de ‘Gestión de la innovación en enfermedades inflamatorias inmunomediadas’, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y Pfizer en el Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, se ha puesto de manifiesto que es fundamental analizar los retos que la innovación en este tipo de enfermedades conlleva en gestión para seguir avanzando en aportar la mayor calidad asistencial a los pacientes en el marco de un sistema sanitario sostenible. En concreto, se ha manifestado que los avances en el tratamiento de  las enfermedades inflamatorias inmunomediadas son fundamentales para cubrir importantes necesidades no cubiertas en pacientes con enfermedad inflamatoria. Pero estos avances suponen también retos asistenciales. Entre ellos, dos de los principales pasan por la necesidad de estratificar a los pacientes y mejorar la medición de resultados. Al respecto de la primera cuestión, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Inflamatorias Inmunomediadas de la SEFH publicó en 2018 el Modelo de estratificación y atención farmacéutica para pacientes con Enfermedades Inmunomediadas, “cuya utilización facilita la optimización de los recursos y el desarrollo de las estrategias de intervención más adecuadas para cada uno de los niveles establecidos”, tal y como explicaba Joaquín Borrás, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de Sagunto (Valencia). Esta estratificación resulta fundamental, ya que según el experto, “cerca del 10 por ciento de los pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas tiene más de una patología de este tipo diagnosticada y, además, se trata de pacientes con un riesgo mayor de desarrollar otras comorbilidades de tipo cardiovascular, metabólico o psiquiátrico”. Reducir las ineficiencias Por otra parte, en cuanto a la medición de resultados, Carolina Varela, facultativo especialista de área de la Unidad de Calidad del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, reflexionaba que si esta medida es clave para todo el sistema sanitario, lo es más en el abordaje de las enfermedades inflamatorias inmunomediadas. “Son enfermedades con un impacto negativo muy importante en la calidad de vida de los pacientes. De hecho, en ellas, se mide de forma más sistemática que en otras la calidad de vida de los pacientes, puesto que orienta directamente sobre la evolución de la enfermedad y el pronóstico a corto y medio plazo de la misma, permiten ajustar tratamientos y aumentar la adherencia, pero además permite la sistematización, normalización y globalización de estas medidas que permitirán la comparación con los mejores y compartir y adaptar las mejores prácticas”. Junto a esto, la utilización de los resultados en salud en este tipo de enfermedades es fundamental dado el coste que suponen éstas al sistema de salud. Así, Carolina Varela concluía que  “medir resultados en salud permite analizar los procesos y optimizarlos, eliminar ineficiencias, que pueden llegar a un 30 por ciento, permitir una gestión adecuada y ahorrar costes que pueden reinvertirse en intervenciones que aporten valor”.