Cada vez se habla más del impacto de las nuevas tecnologías en la salud y en los centros sanitarios, pero lo cierto es que la incorporación de la misma lleva asociada nuevas necesidades, como es la creación de nuevos puestos y perfiles laborales, más allá de los propios sanitarios. Es el caso de los ingenieros biomédicos. Esta cuestión fue abordada en el contexto del
I Congreso ‘Hospitales disruptivos. Reingeniería de la Sanidad’, celebrado el pasado septiembre en Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM).
Durante el encuentro se abordaron diferentes experiencias que mostraban la labor de los ingenieros en el entorno hospitalario y todo lo que pueden aportar los mismos. Así, tras el mismo, el
presidente de la Comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria de COIIM, Juan José Pérez Blanco, insiste en entrevista para EL MÉDICO INTERACTIVO en que “es increíble que a día de hoy haya fogoneros y tapiceros en la plantilla orgánica del hospital, pero no haya ingenieros”. De hecho, según Pérez Blanco solo hay 3 comunidades que ya han metido a los ingenieros biomédicos en sus plantillas orgánicas, como es el caso de Navarra, Cataluña y Galicia.
Una apuesta política
Según el experto el problema no está entre entre los profesionales. “
El médico es consciente de que necesita ese soporte técnico de Ingeniera, y el tándem de ingeniero y medico es genial. En la práctica diaria son equipos que se retroalimentan y funcionan muy bien”. Por parte de los ingenieros, el representante del COIIM insiste en que los hospitales son un entorno abierto a muchas posibilidades. “Los ingenieros a lo que nos dedicamos, básicamente, es a resolver problemas y un hospital es un entorno lleno de problemas por resolver. Desde el proceso de lavar la ropa, hasta trabajar con inteligencia artificial para mejorar los diagnósticos”.
El reto, desde su punto de vista, radica en hacer una verdadera apuesta por implantar la figura de los ingenieros desde un punto de vista político y administrativo. Así, alude a que es necesario que se tenga una visión a largo plazo por parte de expertos que realmente conozcan el sistema sanitario, en vez de caer siempre en cambios de políticas cortoplacistas. “Con los cambios de rumbo constantes al final no se llega a ningún destino. Es necesario dar continuidad, para lograr resultados, que se verían incluso en el medio plazo”.
La Ingeniería de procesos
Una de las áreas dónde los ingenieros tienen más margen de actuación es precisamente en la ingeniería de procesos. “Para que un paciente llegue por la mañana por la mañana que le intervengan pasan numerosas cosas, se le ha diagnosticado, se le han hecho unas pruebas que tienen que llegar a tiempo, tiene que tener ropa planchada y limpia, un quirófano preparado, los profesionales agendados, medicación, etc. El problema es que
cada uno de esos procesos se ha diseñado de forma individual y por eso se producen muchas ineficiencias. Por eso a nivel procesos es una barbaridad lo que se puede hacer desde la Ingenieria”.
Como exponía durante el I Congreso de Hospitales Disruptivos,María Gutiérrez-San Miguel Guilera, coordinadora de la Unidad de Procesos Hospitalarios Avanzados del Hospital Vall d ´Hebrón, se calcula que en un proceso sanitario el paciente puede depender de hasta 133 profesionales, desde el personal de limpieza, de lavandería, de mantenimiento, de cocina, de almacén de Farmacia, Enfermería y un largo etcétera de procesos que ocurren durante su estancia que no siempre están alineados, y es que el problema de los hospitales es que se sigue trabajando por silos, en vez de en red. Algo que podría cambiarse a través de la Ingeniería de procesos, que permitiría trabajar basándose en valor añadido y resultados reales en la vida del paciente, evitando las tareas que no aportan al paciente.
La formación sanitaria de los ingenieros
Si bien es cierto que los médicos precisan de formación en cuanto a nuevas tecnologías, es igual de necesario que los ingenieros que pasen a formar parte de la plantilla de un hospital deben contar con una formación sanitaria.
“Hace falta contar con una estructura en el hospital para que cuando llegue
un ingeniero tenga un recorrido formativo y luego se especialice, como una especie de MIR de ingeniería. Pero se haga o no de forma oficial, esta formación debe existir. Ahora se hace de una manea apócrifa con horas de los médicos que dedican a esto por pura vocación”.
El problema es si realmente hay ingenieros especializados en Sanidad para cubrir las carencias de los hospitales en este sentido. A este respecto, Juan José Pérez Blanco insiste en que es la pescadilla que se muerde la cola. “No es posible que haya ingenieros especializados en Sanidad, si no hay puestos de trabajo para ingenieros especializados en Sanidad, ¿Cómo te vas a especializar en algo que no tiene salida?”, puntualiza a modo de última reflexión.