España es uno de los únicos cinco países europeos que no dispone de especialidad en Urgencias y Emergencias, junto a Alemania, Austria, Portugal y Chipre, según expresó Luis García Castrillo, presidente de la Sociedad Europea de Medicina de Emergencias, EUSEM, durante su participación en la mesa redonda sobre esta especialidad en el ámbito internacional celebrada hoy en el marco del 30º congreso de SEMES. La Administración es consciente de la necesidad de reglar la formación, sin embargo, por cambios de gobierno y otras circunstancias, aún no se dispone de ella, aunque las expectativas de este experto son optimistas.
Si bien España se encuentra en una situación de retraso sobre la mayoría de países europeos en cuanto a la existencia de una especialidad, cuenta con los médicos, sistemáticas y dispositivos necesarios para disponer de ella. “Si echamos la vista atrás, vemos que el sistema de Urgencias tiene un desarrollo extraordinario en España, muy por encima de la media europea, pero nos falta una normativa que regule la formación”, aseveró García.
La especialidad en Europa
En la Unión Europea, los años de formación fijados para la obtención de la especialidad son un mínimo de cinco, y hay países como Reino Unido donde son seis. Este país e Irlanda fueron los primeros en disponer de una formación reglada, en los años 60, y más tarde se fueron incorporando hasta 21. El sistema por el que optan es el de la especialidad básica, aunque hay otros que la conciben como una supra especialidad, sin embargo, la mayoría de estos últimos han rectificado.
El currículo europeo de esta especialidad, elaborado por la sociedad científica europea, en colaboración con otras sociedades, es un elemento fundamental, según García Castrillo, también para la futura especialidad en España, puesto que marcará su contenido. En opinión del presidente de UESEM, aunque el currículo no será igual en todos los países, deber ser lo más uniforme posible, con la misma estructura y forma de acreditación.
Sobre este punto, Javier Povar, coordinador de Urgencias del Hospital Universitario Miguel Servet, en Zaragoza, explicó los trabajos desarrollados en SEMES para definir las competencias, que servirán de base para la futura acreditación de los profesionales y para la fijación del programa formativo de la especialidad. Tal y como subrayó, las competencias incluyen conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes.
Según este especialista en Medicina Interna, el perfil competencial del médico de urgencias es diferente al resto de especialidades, puesto que está obligado a pensar diferente, debe hacer frente a situaciones que amenazan la vida de los pacientes, tiene que ser capaz de identificar con rapidez, saber manejar síntomas y situaciones todavía no definidas, así como priorizar y tomar decisiones en poco tiempo. Además, tiene carga emocional y de tensión superior, y debe saber manejar situaciones de crisis. Por todas estas particularidades, necesita una sistemática de trabajo concreta.
En Estados Unidos, especialidad muy desarrollada
La mesa redonda ofreció la dilatada experiencia estadounidense con esta especialidad, reconocida en el año 1979. Mark Supino, del Departamento de Emergencias del Hospital Jackson Memorial, en Miami, explicó que hubo que realizar un gran esfuerzo para obtener el reconocimiento de la especialidad y superar estereotipos, puesto que se consideraba una actividad de segundo nivel. Admitió que la influencia de la televisión, sobre todo con la serie Emergency, contribuyó a que la sociedad valorara la importancia de la especialidad.
Esta es la cuarta más demandada por los médicos residentesen Estados Unidos, después de Medicina Interna, Medicina de Familia y Pediatría, y en la actualidad hay 7.359 especialistas en Emergencias. La duración del programa de especialización es de tres años, y en el perfil de médicos especialistas predominan más los hombres que las mujeres. Supino apuntó que, en general, las herramientas y recursos de los que disponen para formarse y ejercer la especialidad son numerosos. De hecho, Estados Unidos cuenta con cuatro sociedades científicas en todo el país.