E.P., Madrid.- España ocupa el cuarto lugar de la Unión Europea en producción científica en temas de biotecnología y microbiología, ya que contribuye con el 4,05 por ciento al total mundial. Los países de la UE que encabezan la clasificación son Reino Unido (8,09 por ciento del total mundial en 2002), Alemania (8,79) y Francia (6,06), según se recoge en el 'Avance del estudio estratégico de la biotecnología en España: Descripción e Indicadores', realizado por la Fundación Genoma España y presentado en Madrid.
Sin embargo, 'su factor de impacto es menor del que cabría esperar', ya que esta posición no se corresponde con el retorno de las investigaciones biotecnológicas españolas. El director de Innovación y Prospectiva de la Fundación Genoma España, Miguel Vega, ha señalado en el acto de presentación de este trabajo que 'el número de patentes solicitadas a nivel internacional por investigadores españoles es muy bajo, con sólo entre el 0,3 y el 0,5 por ciento de las solicitudes mundiales'. Por el contrario, más de la mitad son estadounidenses.
Además, el informe pone de manifiesto la existencia de dos factores limitantes para la creación de un verdadero sector empresarial español en biotecnología. El primero de ellos es el número de empresas dedicadas totalmente o parcialmente a este sector o que son usuarias del mismo, y que que representan poco más del 10 por ciento de las empresas alemanas o británicas. El segundo se refiere a la inversión de capital riesgo, que en el año 2002 tuvo un peso específico en biotecnología del 0,8 por ciento frente al 13 por ciento de media en Estados Unidos o al 21 por ciento de media en la UE.
De esta forma, se constata que hay 'una escasa presencia industrial española en esta tecnología', lo que a juicio de la Fundación Genoma España es 'una deficiencia grave si se tiene en cuenta que el sector empresarial es el único capaz de convertir la cuantiosa inversión pública en biotecnología en nuevos productos, terapias o servicios, que mejoren tanto la calidad asistencial de la Sanidad como la competitividad del tejido empresarial e industrial español'.
Dentro de la producción científica del área de biotecnología y microbiología aplicada, el 37 por ciento corresponde en España al codificación de ADN, el 21 por ciento a biotecnología de procesos, el 17 a proteínas y moléculas, el ocho por ciento a cultivos e ingeniería celular, y el cinco a organismos celulares.
Por comunidades autónomas, la distribución de las subvenciones públicas en biotecnología pone de manifiesto que Madrid y Cataluña son destinatarias de casi el 50 por ciento de las mismas, y que además tienden a converger en el volumen de fondos percibidos, en detrimento de Madrid y a favor de Cataluña. Otras comunidades autónomas pujantes son Andalucía, Valencia, Galicia, Castilla y León y Murcia.
Finalmente, el nivel de información y de implicación de los españoles en el debate público sobre temas científicos y tecnológicos es 'muy escaso, tanto en general como específicamente en el ámbito de la biotecnología'. Esta situación 'se puede caracterizar básicamente como un ambiente de inmadurez, en la que la opinión pública puede oscilar brusca y caóticamente desde actitudes a favor de las tecnologías a actitudes radicalmente en contra de las mismas'.