España es el país del mundo con mayor incidencia de cáncer de laringe debido al exceso en el consumo de tabaco registrado durante años, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
El cáncer de laringe tiene registros en España de hasta 18 casos por cada 100.000 habitantes, la cifra más alta del mundo. Es la segunda neoplasia más frecuente del tracto respiratorio (sólo superada por el de pulmón) y constituye el 2 por ciento del total de tumores en varones y el 0,4 por ciento en mujeres, según datos de la SEORL.
'La incidencia es mayor en hombres porque son los que más fuman y consumen alcohol, los principales factores de riesgo de este tipo de tumores y, en general, de todos los que afectan a cabeza y cuello', subraya Francisco Esteban, director de la Unidad de Gestión de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Para el diagnóstico 'es imprescindible conocer la historia clínica del paciente basada en la sintomatología, la profesión y los hábitos de vida. También es necesario tener la localización y extensión del tumor para planificar el tratamiento adecuado', indica Esteban.
Los casos iniciales de cáncer de laringe, 'se pueden tratar con láser mediante un microscopio quirúrgico que nos evita tener que recurrir a la traqueotomía, con lo cual se reduce la cicatrización y el tiempo de recuperación. Si se diagnostica a tiempo, el cáncer de laringe tiene una supervivencia superior al 90 por ciento', explica.
En tumores más avanzados, 'a pesar de que cada vez se siguen más protocolos de conservación del órgano, puede ser necesaria la cirugía abierta, en la que, en muchos casos, habrá que extirpar la laringe (laringuectomía)', señala Serafín Sánchez, director de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen Macarena.
La detección precoz de estos tumores puede reducir hasta en un 90% la mortalidad, recuerda la SEORL. Los signos de alarma que pueden hacer sospechar y que deben ser consultados con un otorrinolaringólogo son: dolor de garganta y dificultad al tragar persistente, dolor de oído persistente que empeora al tragar, aparición de bultos en el cuello, aparición de tumefacción o úlcera en la boca o de sangre en la boca y la garganta, entre otros síntomas.