Actualmente son cinco las
vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos para su uso en la Unión Europea. Hablamos de las vacunas de ARN mensajero (
Moderna y Pfizer) y las de vectores virales (
AstraZeneca y Janssen).
La quinta en esta lista de herramientas contra la COVID-19 es
Novavax, de origen estadounidense.
La EMA aprobó la vacuna Novavax en Europa el pasado 20 de diciembre, en plena crisis de la variante Ómicron.
Novavax es la primera vacuna contra la COVID-19 a base de
proteínas, una tecnología más tradicional que la de las vacunas disponibles y que produciría menos efectos secundarios. Con las vacunas de proteínas existe ya experiencia previa en la lucha contra otras enfermedades.
Es similar a la española de Hipra.
Vacunas españolas: Hipra
La Multinacional farmacéutica
HIPRA, con sede en
Amer (Girona), está investigando una
nueva vacuna frente a la COVID-19 basada en proteína recombinante. Se conservará entre dos y ocho grados y sería
inyectable.
En
ensayos preclínicos se ha demostrado que el prototipo de vacuna
funciona en modelos animales, habiéndose inmunizado ratones, siguiendo una pauta vacuna de dos administraciones.
Tras la inmunización, se concluyó que la vacuna de HIPRA induce IgG y anticuerpos neutralizantes frente a las variantes alfa, beta, gamma y delta del SARS-CoV-2, una respuesta celular de linfocitos T y sin efectos adversos.
El 15 de noviembre
HIPRA recibió la autorización por parte de la AEMPS para iniciar la Fase IIb del ensayo clínico de la vacuna de HIPRA contra la COVID-19 que se ha llevado a cabo en
10 hospitales españoles (más de 1.000 voluntarios).
Si los resultados que se obtienen son favorables, HIPRA podría
iniciar la Fase III. La previsión es que la vacuna pueda estar
disponible entre el primer y segundo trimestre de este año, según indican desde HIPRA.
Vacunas españolas: Enjuanes y Sola
Muchos hablan del prestigioso virólogo del CSIC,
Luis Enjuanes, como el que será
padre de las vacunas españolas contra la COVID-19. La ventaja de la vacuna en la que trabajan
Luis Enjuanes e Isabel Sola se basa en el modelo de
replicón de ARN, que generaría una
respuesta inmunológica más fuerte. Concretamente, esta vacuna desarrolla un
virión sintético al que se le han eliminado los genes de virulencia mediante ingeniería genética.
En la
jornada organizada el pasado mes de noviembre por la Real Academia de Ciencias Exactas y Sociedad Española de Virología, Enjuanes explicaba que se trata de una
copia sintética casi completa del SARS-CoV-2. Tiene características del virus, pero no es transmisible célula a célula. Entra en las células, pero no sale de ellas. Este virión sintético tiene las mismas proteínas que el virus real, por lo que genera una respuesta inmunitaria potente. Se aplicaría mediante
spray o aerosol, aunque no descartan una versión para inyectar.
La vacuna se encuentra en
fase preclínica con ensayos en modelos animales. Esperan poder
empezar a probarla en humanos en el tercer trimestre de este año.
El proyecto de Mariano Esteban y Juan García Arriaza
Denominado
CSIC-Biofabri, consiste en utilizar como
vehículo un virus inactivado de la familia de la viruela para introducir la proteína spike del SARS-CoV-2, que es la que permite que el virus entre en las células. De esta forma se lograría inmunizar a las personas para que generen anticuerpos contra esa proteína.
Esta vacuna, una de las más avanzadas, se encuentra en estos momentos
paralizada. Tras la finalización de la fase de estudios con animales,
la AEMPS debía autorizar la primera fase con humanos. La luz verde no ha llegado y todavía no se ha informado del motivo de la paralización. Dese el CSIC afirman que están a la
espera de recibir el informe. Algunos medios de comunicación afirmaban este verano que el motivo de la paralización podía deberse a
problemas de salud de uno de los primates que formaban parte de la investigación, algo que
tanto Mariano Esteban como el CSIC desmintieron.
El proyecto de Vicente Larraga
Esta vacuna también es del CSIC y está siendo desarrollada por el laboratorio de
Parasitología Molecular que dirige
Vicente Larraga en el
Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas.
Consiste en
colocar un gen de un antígeno del SARS-CoV-2 en un vehículo sintético de ADN (un plásmido) que pueda ser introducido en el organismo del paciente e inducir la protección frente a la infección. Se trataría de una
vacuna inyectable y que se conservaría a temperatura ambiente. Este proyecto se encuentra en
fases preclínicas en modelos animales.