Juan Gervás, médico general, planteó dos conceptos, gasto limitado y coste de oportunidad, que sobrevolaron durante todo el debate sobre recortes celebrado en el Colegio de Médicos de Zaragoza, cuyo Centro de Formación acogió el VII Curso de Metodología de la enseñanza y la investigación en Bioética. En opinión del médico, el sistema sanitario produce daños si no se utiliza correctamente, y por eso los recursos han de utilizarse con mucho cuidado. '¿Cuánto podemos ahorrar si se hacen las cosas bien?', se preguntó. 'Estamos tirando el 30 por ciento del presupuesto sanitario (30.000 millones de euros) y esto produce un daño de 20.000 millones de euros', añadió.
Gervás, que participó en el encuentro junto a un especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública (Rafael Sánchez) y al presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, puso ejemplos: habló de los reconocimientos de salud, de la medicalización innecesaria, de convertir la salud en biometría o de los chequeos que carecen de fundamento científico. También se refirió, para insistir en la idea de despilfarro, el gasto en las famosas hormonas, en parches hormonales, en el diagnóstico precoz del cáncer, que tampoco tiene fundamento científico, o la osteoporosis.
Por su parte, Rafael Sánchez planteó su respuesta en la línea de entender los recortes versus justicia o vacas gordas versus vacas flacas. Junto al coste de oportunidad Sánchez habló de la eficiencia, el empleo coherente y racional de los recursos. 'Los criterios de eficiencia no están interiodizados por no tener claro el coste de oportunidad. Existe un criterio peculiar de la eficacia y de la efectividad' señaló. Sánchez denunció que se fomenta la demanda en el SNS y subrayó que el profesional es clave para ahorrar recursos. De hecho, defendió, los gestores necesitan a los profesionales; lo hizo con un slogan: 'podemos recortar por ti'.
El especialista en Salud Pública insistió en que existe margen para actuar, pero que deben ser los profesionales quienes lideren esas acciones. También indicó la importancia de simplificar los circuitos, de contar con herramientas y de una mayor colaboración de los servicios centrales.
Para Juan José Rodríguez Sendín, Presidente de la OMC, aun en tiempos de bonanza los recortes son justos y éticamente obligatorios. Desde una definición del profesional médico ajustada a los valores de integridad, compasión, mejora y colaboración, aludió a la relación médicos/industria farmacéutica en donde existe un conflicto de intereses.
Sendín defendió que el sistema necesita un cambio de reglas de juego (regeneracionismo) y reformas. El incremento del gasto se debe revisar de forma permanente. 'Dilapidamos en tecnologías inapropiadas', señaló. Para el Presidente de la OMC las soluciones pasan por vigilar la aplicación de las innovaciones sanitarias, y por una definición de salud y enfermedad.
Elogio de la mediación del Colegio de Médicos
En la clausura del VII Curso de Bioética, Rodríguez Sendín avaló el talante mediador del Colegio de Médicos de Zaragoza en el conflicto sanitario aragonés y mostró su apoyo a la declaración del Colegio.
Ante la cuestión de si los Colegios de Médicos deben o no entrar en la batalla de reclamar y de luchar, tal y como señalan algunos compañeros, Sendín señaló que cuando las retribuciones van a tener consecuencias en la calidad de la asistencia que se presta, el Colegio sí es legítimo que intervenga, y que intervenga denunciando la postura que tenemos.
'Reclamar directamente sobre nuestras retribuciones no es nuestro papel y no estamos legitimados para hacerlo así, directamente. La legitimación de los colegios es reclamar la mejor respuesta ante las necesidades de los pacientes y ante la pérdida de la calidad. Es más estamos obligados a denunciarlo. Pero solamente hasta ahí. Son otras organizaciones las que directamente tienen la responsabilidad de denunciar las pérdidas ligadas a nuestras retribuciones', manifestó el presidente de la OMC.
Rodríguez Sendín animó a los médicos a poner la preocupación por la calidad de la atención a los pacientes en el primer lugar, y también a explorar otros caminos más fértiles. En este sentido se refirió a ofrecer garantías suficientes a los políticos para que confíen en la participación de los médicos como profesionales.
Finalmente Sendín reconoció que los tiempos que corren no son buenos para la lírica. 'Hay compañeros que me dicen que sus preocupaciones no son las derivadas de la ética. Y esto es doloroso escucharlo'. El presidente de la OMC aconsejó ser prudentes y no desesperarse en estos momentos. 'La desesperación es la antesala de la depresión y la depresión es un estado mórbido con malas consecuencias', indicó.
Para Rodríguez Sendín este es el tiempo de la ética porque en situaciones difíciles adquiere relevancia especial el hacer esfuerzo ordenado con los valores de nuestra profesión y responder a los intereses de los pacientes.