Las estatinas están asociadas con una mejor estructura y función del corazón, según una investigación presentada en EuroCMR 2017, el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebra en Praga, República Checa. Los beneficios estaban por encima y más allá del efecto reductor del colesterol de las estatinas.
'Las estatinas se usan principalmente para reducir el colesterol', explica el autor principal, el doctor Nay Aung, cardiólogo y miembro de investigación del 'Wellcome Trust' y el 'William Harvey Research Institute', de la Universidad Queen Mary de Londres, Reino Unido. 'Son muy eficaces en la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes que han tenido un ataque cardiaco o están en riesgo de enfermedad cardiaca', añade.
'Las estatinas tienen otros efectos benéficos, no reductores del colesterol, que pueden mejorar la función de los vasos sanguíneos, reducir la inflamación y estabilizar las placas grasas en los vasos sanguíneos. Estudios en ratones y pequeños estudios en seres humanos han demostrado que las estatinas también reducen el grosor del músculo cardiaco, pero esto debía confirmarse en un estudio más amplio', señala.
Este estudio investigó la asociación entre las estatinas y la estructura y función del corazón. Se incluyó a 4.622 personas sin enfermedad cardiovascular del 'UK Biobank', un gran análisis de cohorte basado en la comunidad y se utilizaron imágenes de resonancia magnética cardiaca para medir los volúmenes ventriculares izquierdo y derecho y la masa ventricular izquierda. La información sobre el uso de estatinas se obtuvo de los registros médicos y un cuestionario realizado a los participantes.
La relación entre el uso de estatinas y la estructura y función del corazón se evaluó mediante una técnica estadística denominada regresión múltiple que se ajusta a posibles factores de confusión que pueden tener un efecto sobre el corazón, como la etnia, el sexo, la edad y el índice de masa corporal.
Casi el 17 por ciento de los participantes estaban tomando estatinas. Aquellos que tomaban estatinas eran más viejos, tenían mayor índice de masa corporal (IMC) y presión arterial, y eran más propensos a padecer diabetes e hipertensión. 'Esto no fue sorprendente porque prescribimos estatinas a pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiaca y todos estos son factores de riesgo conocidos', dice Aung.
Menos posibilidades de tener un corazón más grande
Los pacientes que tomaron estatinas tenían una masa ventricular izquierda un 2,4 por ciento inferior y menores volúmenes ventriculares izquierdo y derecho. Aung subraya: 'Las personas que usan estatinas tenían menos probabilidades de tener un músculo cardiaco espeso (hipertrofia ventricular izquierda) y menos probabilidades de poseer una gran cámara cardiaca. Tener un corazón grueso y grande es un fuerte predictor de futuros ataques al corazón, insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular y tomar estatinas parece revertir los cambios negativos en el corazón que, a su vez, podrían reducir el riesgo de resultados adversos'.
'Es importante señalar que, en nuestro estudio, las personas que toman estatinas corren mayor riesgo de sufrir problemas cardiacos que aquellos que no usan estatinas, sin embargo, todavía tienen una remodelación cardiaca positiva en comparación con el grupo de control más saludable', añade el doctor Aung.
En cuanto a cómo las estatinas podrían reducir el grosor y el volumen del corazón, Aung explica que varios estudios han demostrado que las estatinas reducen el estrés oxidativo y amortiguan la producción de factores de crecimiento que estimulan el crecimiento celular. También aumentan la producción de óxido nítrico por las células que recubren los vasos sanguíneos, lo que lleva a la vasodilatación, mejora el flujo sanguíneo, disminuye la presión arterial y reduce el estrés en el corazón, que es menos probable que se hipertrofie.
Los resultados plantean la cuestión de extender las prescripciones de estatinas a cualquier persona mayor de 40 años, pero el doctor Aung cree que probablemente no es el camino a seguir. 'Hay directrices claras sobre quién debe recibir estatinas', afirma este experto.
'Hay un debate sobre si debemos bajar la vara y la pregunta es cuándo parar. Lo que encontramos es que para los pacientes que ya están tomando estatinas, hay efectos beneficiosos más allá de bajar el colesterol y eso es algo bueno. Pero en lugar de una receta general, necesitamos identificar a las personas más propensas a beneficiarse, es decir, la medicina personalizada', subraya.
El doctor Aung concluye: 'Se debe considerar un enfoque dual para identificar a las personas que más se beneficiarán de las estatinas, lo que significa no sólo considerar los factores de riesgo clínicos como el tabaquismo y la hipertensión, sino también factores genéticos (hereditarios) que pueden predecir la respuesta individual a las estatinas. Es un área de creciente interés y que también estamos investigando en nuestro laboratorio con nuestros colaboradores'.